Re: donde se puede consultar el stud book de los PRA..???
kolianet dijo:
Hola Stratego,
Creo que con la segunda estrategia que propones quizás podrías consegir un tipo x en el producto de primera generación, es decir, un fenotipo... pero nada asegura que aumentes las probabilidades de haber fijado ese tipo en el genotipo.
¿Comentarios?
Hola Kolianet,
¿Qué tal?
Creo que tu comentario estaba sin terminar y resulta un poco ambiguo, así que voy a intentar completarlo y luego a extenderme un poco más en este tema, porque me parece interesante e importante. Supongo que querrías decir que nada asegura que aumentes las probabilidades de fijar ese tipo en el genotipo “de la segunda generación”.
Yo coincido con Stratego en que cruzar animales de distinto genotipo y fenotipo parecido también ayuda a fijar características.
El fenotipo es un reflejo exterior del genotipo. Poniendo un caso muy sencillo, como el de la capa alazana, que es recesiva, no puede haber capa alazana en el fenotipo si no hay homozigosis en el genotipo, es decir, si ambos progenitores son alazanes o, al menos, capaces de transmitir a sus hijos, entre otras, la capa alazana y, por cosas de la suerte o el destino, se juntan el óvulo y el espermatozoide donde viajan esos alelos alazanes.
Cruzar ejemplares de tipo similar y distintas genealogías es lo que han hecho los beduinos durante miles de años. Para refrescar la sangre, las tribus nómadas se intercambiaban cubriciones de sementales descendientes de buenas yeguas (o se robaban ejemplares entre tribus, lo cual se traducía en un desconocimiento total de los origines genéticos del ejemplar). No existían registros escritos, así que no se sabía de dónde venían realmente los sementales, ya que sólo se memorizaban los linajes de las yeguas madres, que se transmitían de boca en boca, de padre a hijo. Por ejemplo, una valorada yegua de línea saklawi se cruzaba con un buen semental cuya madre era saklawi, pero ya no se sabía si el padre de dicho semental provenía de otras líneas, como Dahman o Hamdani, así que el semental en cuestión podría tener un genotipo bastante variopinto. Sin embargo, este semental, seguramente se parecía exteriormente a su madre saklawi, es decir, en su fenotipo (lo que significa que había heredado de su madre “rasgos saklawis” deseables) y, a base de cruzar ejemplares de tipo parecido, se iban formando familias, aunque realmente no fueran familias “puras saklawis” de la misma manera que los occidentales entendemos “puro español” o “puro egipcio”.
Como bien matizas, puede ocurrir que el fenotipo muestre una característica deseable, por ejemplo, inserción alta de la cola, que sea recesiva y que al realizar un cruce sea el otro progenitor el dominante y, por tanto la característica deseable NO se muestre en el fenotipo del potro resultante (primera generación), aunque podría estar presente en el genotipo de este potro y, por tanto, sería susceptible de transmisión a la siguiente generación (la segunda), pero no lo sabríamos hasta analizar visualmente su progenie. Por eso nuestros mayores sacan el refranero y nos dicen que los potros “abuelean” cuando no se parecen a los padres, pero sí a algún abuelo.
O, igualmente, puede ocurrir que la característica deseable SÍ se transmita en la primera generación, pero no como rasgo dominante y, por ello, en segunda generación podría "quedar oculta” bajo el alelo dominante del otro progenitor y “aparentemente desaparecida” del fenotipo exterior, si bien podría seguir presente en el genotipo y ser transmisible a la tercera generación, donde podría reaparecer, de no encontrarse con otro alelo que domine sobre dicha característica deseable.
Cierto es que la consanguineidad es la vía rápida para definir el tipo, ya que con ella se incrementa la homozigosis y, por tanto, la desaparición de genes (y sus características externas) no deseables, así como la certeza de que los potros tendrán un tipo muy parecido al de sus progenitores, abuelos, hermanos... como han demostrado el pure Spanish y las yeguadas más exitosas de la historia (como Ansata, Om el Arab, Katherinenhof o Simeon Stud) a la hora de crear su tipo de árabe ideal y distintivo.
Pero la consanguineidad tiene altos riesgos, sólo debe realizarse con ejemplares muy sanos y de muy buena conformación e, incluso así, es necesario introducir progresivamente sangre nueva (genes nuevos) provenientes de ejemplares de tipo similar (como hacían los beduinos) para que no se produzcan cambios radicales en el tipo que se pretende fijar. De dos árabes de tipo similar, por muy distinto que sea su genotipo, el resultado será más o menos parecido al esperado pero, desde luego, no puede salir un tipo bretoniano...
La combinación progresiva de ambas técnicas es necesaria para definir un tipo sin deteriorar la raza. Así se ha hecho durante miles de años y las yeguadas (estatales o privadas) que han seguido este método han tenido mucho éxito.
Hoy día se ofrecen para cubrición ejemplares exteriormente casi perfectos según los cánones de conformación actuales que cuentan con muchos títulos pero carecen totalmente de consanguineidad, es decir, no ofrecen “garantía” alguna de que sus hijos se parecerán a ellos. Se pueden utilizar con yeguas más consistentes que siempre reproducen ciertos rasgos, pero que necesitarían una ayudita para mejorar en alguna característica que se manifiesta en el fenotipo de ese semental tan impreciso, cruzando los dedos para que el potro la herede; o se puede buscar una yegua de tipo parecido y antepasados también exteriormente parecidos para que el resultado no se aleje de lo que venimos criando.
Salvo raras excepciones, como el famosísimo caso del Golden Cross del que habla Lobezno, cruzar ejemplares de genealogía y tipo muy distinto no suele ser en absoluto efectivo. Estos
nicks o "fórmulas mágicas", el sueño de cualquier criador, se descubren de forma MUY ocasional.