A mi caballo
Una luna picaza ha "enamorao" a mi caballo.
Le vi contemplándola, hipnotizado, y sentí celos.
Quise acaparar su mirada que, como imantada, alzaba el vuelo hacia las estrellas, y me topé con su azabache.
Sentí como su aliento, impávido, invadía mis venas y me inundaba.
Acaricié su sueño y volé, unos instantes, con sus alas de espuma, hacia un firmamento todo salpicado de estrellas.
Me zambullí en sus ansias y me impregne de su piel.
Mi caballo anhelaba ser aire y se perdió entre la espesura de la oscuridad.
Yo quise seguirle y me perdí entre la hojarasca de su embeleso.
Cuando amerizamos, en el lago de nuestra sosegada tertulia, ahogada en silencios, le pregunté:
.- ¿te ha gustado?
él, con la mirada aún perdida en el horizonte, contestó:
.- ¡Quiero ser estrella y desprenderme de este suelo que me esclaviza!
Yo le acaricie los ollares, calientes y henchidos, y le susurré, presa de una indescriptible emoción:
.-¡Tú eres mi estrella...!
Un saludo a todos.