Hola a todos.
No discutiré sobre una doma u otra, lo que si quisiera es compartir con vosotros ciertas cosas que quizás hagan entender un poquito a los que amamos ésta "forma de vida".
Cuando vamos a colocar una cabezada, en muchas ocasiones sabemos quién nos la ha hecho, nos hemos sentado con el guarnicionero a contarle cómo la queríamos, que si más ancha, menos, con el mosquero más largo, más corto, con el montante más corto para que la hebilla no llegue al hueso del ojo, con ahogadero, sin él, con las riendas más finas.....
El hierro se lo hemos encargado a un "amigo", especial para ese caballo, por las características de su boca o nivel de doma, o incluso es un hierro que ya usaba nuestro abuelo y al que le tenemos un cariño muy especial.
La montura es de nuestro padre, tio o si nos la hemos comprado, hemos estado mucho tiempo ahorrando para encargarla, ese encargo que haces con toda la ilusión del mundo, donde te sientas con tu guarnicionero a charlar de caballos, a que te explique el por qué la hace así o asao.
Con todo ésto, quisiera transmitiros la cantidad de sentimientos que te afloran incluso antes de meter un pie en el estribo.
Cuando te subes, ese jaco bueno no se mueve, está templao, templao por las horas que habeis compartido juntos el día anterior, apartando ganado, acosando o dando un largo paseo por el campo, con la mente en blanco, tan sólo disfrutando de todo aquello que te rodea.
A mi por ejemplo, me encanta limpiar todo ese cuero que utilizamos, verlos limpios, y no sé por qué, pero los botos están siempre relucientes y las botas negras de clásica no, seré medio guarro nada más...jajaja
Hay que entenderlo de otra manera, más desde el sentimiento...
No es cuestión de defenderla o no, el que empiece nada más que a respetarla, el cambiar un poco el chip de ese "vaqueroso"(palabra que por cierto no me gusta) que rompe narices y raja hijares, del que pone monturas pesadas, del que pone hierros molestos y fuertes...el que empiece a verla de otra manera, descubrirá todo un mundo de sensaciones...sensaciones que luego se transmiten a nuestro compañero, viéndolo tranquilo, confiado, pendiente de lo que le queramos comunicar, sin defensas, dispuesto a todo sin rechistar.
Pensar que en una olla de garbanzos, alguno sale duro, pero no por eso el puchero está malo. Ese garbanzo duro es muy escandaloso, pero el resto está para chuparse los dedos.
Espero no haber sido muy pesado y que tengais Feliz Navidad.
Saludos.
No discutiré sobre una doma u otra, lo que si quisiera es compartir con vosotros ciertas cosas que quizás hagan entender un poquito a los que amamos ésta "forma de vida".
Cuando vamos a colocar una cabezada, en muchas ocasiones sabemos quién nos la ha hecho, nos hemos sentado con el guarnicionero a contarle cómo la queríamos, que si más ancha, menos, con el mosquero más largo, más corto, con el montante más corto para que la hebilla no llegue al hueso del ojo, con ahogadero, sin él, con las riendas más finas.....
El hierro se lo hemos encargado a un "amigo", especial para ese caballo, por las características de su boca o nivel de doma, o incluso es un hierro que ya usaba nuestro abuelo y al que le tenemos un cariño muy especial.
La montura es de nuestro padre, tio o si nos la hemos comprado, hemos estado mucho tiempo ahorrando para encargarla, ese encargo que haces con toda la ilusión del mundo, donde te sientas con tu guarnicionero a charlar de caballos, a que te explique el por qué la hace así o asao.
Con todo ésto, quisiera transmitiros la cantidad de sentimientos que te afloran incluso antes de meter un pie en el estribo.
Cuando te subes, ese jaco bueno no se mueve, está templao, templao por las horas que habeis compartido juntos el día anterior, apartando ganado, acosando o dando un largo paseo por el campo, con la mente en blanco, tan sólo disfrutando de todo aquello que te rodea.
A mi por ejemplo, me encanta limpiar todo ese cuero que utilizamos, verlos limpios, y no sé por qué, pero los botos están siempre relucientes y las botas negras de clásica no, seré medio guarro nada más...jajaja
Hay que entenderlo de otra manera, más desde el sentimiento...
No es cuestión de defenderla o no, el que empiece nada más que a respetarla, el cambiar un poco el chip de ese "vaqueroso"(palabra que por cierto no me gusta) que rompe narices y raja hijares, del que pone monturas pesadas, del que pone hierros molestos y fuertes...el que empiece a verla de otra manera, descubrirá todo un mundo de sensaciones...sensaciones que luego se transmiten a nuestro compañero, viéndolo tranquilo, confiado, pendiente de lo que le queramos comunicar, sin defensas, dispuesto a todo sin rechistar.
Pensar que en una olla de garbanzos, alguno sale duro, pero no por eso el puchero está malo. Ese garbanzo duro es muy escandaloso, pero el resto está para chuparse los dedos.
Espero no haber sido muy pesado y que tengais Feliz Navidad.
Saludos.