Buenos chicos, no me gusta nada hacerme de rogar, así que accederé a la petición INSISTENTE de Serés. El relato no tiene nada de especial. Tampoco es un regalo literario. Sólo puedo deciros que cuando vendí a Aries, una parte importante de mí partió con él. Era un caballo realmente especial y siempre confié entregarlo a buenas manos, adecuadas para él. El escueto relato está lleno de sentimientos encontrados, como todos solemos sentir cuando debemos desprendernos de un caballo que ha formado parte de un episodio de nuestra vida. Espero que os guste. Saludos nuevamente.
Aries
Mi pequeño libro de familia
Para mis nuevos dueños
¡¡¡¡Hola Melody!!!!
Me llamo ARIES. ¡Bueno,..en mi documentación, verás que pone Aries-Aflón, porque ese último fue mi primer nombre. A mi dueña, le parecí demasiado bonito como para llevar esa nombre, así que decidió cambiarlo por uno más apropiado a mi carácter, y me puso el nombre de su signo astral. Es un signo de fuego y talento, y muy, pero que muy lleno de duende, como dice ella que estoy yo,...
Esto que a continuación vas a leer, es un pequeño resumen de mi historia, de mis pequeños gustos y de mi manera de ser. Espero que te ayude a comprenderme y a quererme tanto, tanto,...como mis anteriores dueños me han querido y respetado.
El día que me conocieron, se enamoraron de mí, igual que a vosotros os gusté cuando me visteis por primera vez, y es por eso por lo que ahora siempre estaré en sus corazones, en los de Tonet, de Luisa, de Antonio y, muy especialmente, en los de Luisa, que ha sido quien mejor me ha conocido y con quien mejores ratos hemos pasado juntos.
Cómo soy
La próxima primavera, cumpliré 8 años de edad. Soy tordo rodado y, como es normal en todos los caballos tordos, a medida que me haga mayor, mi pelaje irá cambiando y se hará más blanquito, aunque a mis crines les costará un poco más blanquearse y siempre serán algo más grises.
Soy muy, pero que muy curioso y no se me pasa nada por alto.
Siempre estoy atento a todo lo que ocurre a mi alrededor, por lo que es frecuente que me veas con las orejas y la cabeza levantadas, cada vez que oigo algún ruidillo o algún olorcillo me causa curiosidad. Después de ?cotillear? qué es lo que pasaba, volveré a prestarte toda mi atención, pero déjame que primero ?controle la situación?. Cuando me ensillan o me acicalan, prefiero que sea dentro del box, porque es ahí donde me siento más en mi casa. Me quedo muy quietecito, para facilitarte la tarea y espero que termines. De camino hacia la pista, me muestro atento a todo y oteo el horizonte, pero me muestro muy dócil en todo momento con mi jinete.
Desde luego, tengo una debilidad. Me encanta mordisquear todo lo que encuentro a mi alcance, ya sea un ramal o una brida y soy tan artista que, en cuestión de segundos, dejo convertido un precioso y nuevo ramal en un manojo de cuerdas deshilachadas, así que con mi cabezada de cuadra, comprobarás que mi ramal es de goma, que es el más seguro y práctico que yo puedo usar. Aparte de esta pequeña ?diablura?, no tengo ninguna otra. Supongo que si alguien hubiera inventado ?chicles? para caballos, no tendría que masticar otras cosas, pero,...bueno,...¡hay quien se muerde las uñas,...!
También estoy quietecito mientras me montan y, una vez arriba mi jinete, estoy atento a lo que me pide, para que esté contento conmigo.
Me encanta que me des palmaditas en el cuello cuando hago las cosas bien, porque me siento satisfecho. Ya sé que a todos los caballos les debe de gustar, pero es que para mí es realmente fabuloso que lo hagas y dicen que hasta se me nota en la expresión de la cara. ¡Y que se le va a hacer,...!¡Me encantan las caricias,...!
También conozco el silbido. Cuando me silban, suelo detenerme o, si estoy galopando, me pongo al trote. Es como una especie de señal secreta entre mi dueña y yo. Me tranquiliza mucho y me hace sentir más confiado.
No es necesario ser brusco con mi boca porque está muy sana y entiende perfectamente que cuando el filete está dentro es porque vamos a trabajar. Una suave tensión en las riendas bastará para que yo me coloque en una buena posición para hacer los ejercicios en la pista.
Las ayudas con las piernas, sin embargo, sí que deben ser claras y firmes, porque estoy acostumbrado a trabajar de ese modo. La presión que con ellas ejerzas me ayuda a entender, en cada momento, lo que esperas de mí. Ten paciencia y ya verás como nos acabamos entendiendo perfectamente.
En general, tengo muy buen carácter y nunca me enfado. Puedes acariciarme y tocarme con tranquilidad, porque me encantan los niños. Estoy muy acostumbrado a tenerlos dentro del box y a que me acicalen, me hablen y me ofrezcan cosas ricas.
De todas formas, no olvides que soy un caballo, y que no debes asustarme, entrando de golpe sin avisar, dando algún grito o una palmada inesperada sin avisarme de tu presencia, porque puedo sobresaltarme y pisarte sin querer y eso no me gustaría nada.
Soy muy dulce y cariñoso. Me gusta olerte y que me cepilles y peines mis crines con cuidado, porque de este modo me relajo mucho y mi pelo está mas cuidado y brillante.
Ya verás que, en invierno, mi pelo crece y forma una especie de mantita que me protege del frío. Con la Primavera, el pelo se cae y nace una nueva y tupida mata de pelo nuevo.
Cuando entre por primera vez en mi nuevo hogar, ya verás como pasaré un par de días relinchando mucho. Eso es normal.
Los caballos también nos sentimos extraños cuando cambiamos de casa y de compañía, así que, hasta que conozca a todos y me acostumbre a ellos, relincharé a modo de saludo para que sepan que estoy aquí. Dame tiempo y déjame ver mi nueva cuadra, por dentro y por fuera. Así me acostumbraré antes. Los primeros días me vendrá muy bien una dosis extra de cariño y de caricias, porque ello me hará comprender que estoy entre amigos y gente que me quiere. En cuanto me acostumbre a ti, reconoceré tu voz antes de verte y sacaré la cabeza fuera del box para recibirte, pero hasta que eso ocurra, puedo ser un poco tímido. Unas cuantas zanahorias pueden ayudar,...(¡Soy un pillín,...¿eh?)
Qué es lo que más me gusta
Por supuesto, aparte de la alfalfa y los cereales (avena, salvado, cebada, etc), me encantan las algarrobas, las zanahorias y las manzanas maduras. Bueno, algún terrón de azúcar o un caramelo duro muy de vez en cuando, tampoco está mal, aunque no me des demasiados, para no estropear mis dientes. Sólo son una golosina para alguna ocasión especial.
Soy un caballito muy bien educado y excelente comedor, así que no suelo dejar nada en el plato.
Si algún día me sueltas en un cercado para que estire las patas, disfrutaré de lo lindo y me revolcaré varias veces en la tierra, para rascarme la espalda, aunque cuando quieras llamarme, sólo tienes que extender la mano y llamarme, y vendré enseguida.
Cuando me laves las crines, de vez en cuando, con champú, ten cuidado y procura que queden muy bien aclaradas, porque, igual que cuando tu mamá te aclara el pelo, es importante que no queden restos de espuma, porque luego me picaría.
La cara, los ojos y los ollares, es mejor que los limpies con una esponja limpia y húmeda, porque son la zona más delicada y de este modo estarán siempre sanos y libres de polvo. No debe entrarme nunca agua en las orejas (¡me pone de los nervios!).
¿Te he dicho ya que me gustan mucho los niños,...?
Bueno Melody, no voy a contarte nada más, porque vamos a estar juntos y es bonito ir conociéndonos el uno al otro poquito a poco.
He sido un caballo muy querido y cuidado y sé que mi dueña no me confiaría nunca a ti si no fuera porque está segura de que tú te mereces tener un caballo como yo. Ella siempre ha dicho de mí que ?tengo angel? y, aunque yo no sé muy bien que significa eso, sólo sé que he sido muy feliz y que me he sentido siempre como uno más de la familia, porque los mejores momentos de la semana, los ratos libres, las apacibles tardes de primavera y las soleadas mañanas de invierno, hemos compartido muchos ratos de diversión y de cariño.
No olvides tampoco que, aunque nunca sería capaz de hacerte nada malo, soy joven y fuerte y, además, he sido adiestrado para hacer muchas cosas bonitas en la pista (dice mi ama que tengo madera de ganador), por lo que debe siempre montarme un ratito tu profesor antes que tú, aunque eso sólo será hasta que aprendas un poquito más, porque vamos a pasar muchos, muchos años juntos, tú y yo,...