Bueno, a mi me gustaría dar mi humilde opinión. Que conste que aunque acabe de participar en una reprise y aunque me guste la doma más que otras disciplinas, no me considero domera empedernida.
Veamos, a mi me gusta salir al campo y por la ciudad con Cheska. Es una pasada. Es una yegua que no se asusta de nada, ya puede ser un camión como un río como una traca; tiene sus momentos (sobretodo cuando hay caballos enteros de por medio) pero es fácilmente controlable. También me gustan los juegos, que trote cuando yo quiera y más rápido que nadie, que se acerque a los otros caballos, que se quede absolutamente quieta cuando se lo pido.
Lo que menos me gusta es saltar, y creo que la razón es obvia. Normalmente cada tanda de saltos suele empezar con un rehuse, y una pelea que siempre gano yo pero que me deja un amargo sabor de boca.
La doma es otra cosa. No es ese momento en el que sales a la reprise, y haces una serie de ejercicios siguiendo un esquema determinado. Eso, digamos que es como el examen de final de curso. Para mí la doma es el día a día, conseguir que responda a tus ayudas cada vez más imperceptibles, que esté atenta a lo que le vas a pedir, que te escuche y coopere contigo de buena gana. Yo no he llegado a eso de los apoyos, el passage y el piaffe y probablemente no llegue, al menos con Cheska. Pero si miro hacia atrás y veo donde empezé, con una yegua rígida, terca y desobediente que sólo funcionaba a base de espuelazos y fustazos, y veo donde estoy hoy, con una yegua muchísimo menos rígida (sin estar en tipo de doma clásica), obediente y fiable, siento que he avanzado muchísimo.
Por eso entiendo a la gente que dice que la doma es la base de todo. Y que conste que por doma no me estoy ahora refiriendo a la doma clásica esa que empieza a partir del nível 4 ó 5 (que ahora mismo no sé ni lo que es). La doma para mí es aprender a comunicarte cada día mejor con tu caballo, y no tiene nada que ver con determinados tipos de sillas, ni bocados, ni figuras ejercitadas elegantemente en una pista (que eso ya debe ser la rehostia, con perdón por la expresión).
Bueno, todo este rollo es para decir que creo que la doma me parece una base imprescindible para cualquier disciplina de la equitación, y que no deberíamos confundirla con la doma clásica que vemos en televisión.
Vamos, que es como si para decir que uno sabe nadar se tuviera que nadar 1500 metros en 15 minutos. Hay una diferencia entre chapotear, saber nadar y ser un nadador de competición. Pues lo mismo pasa con la doma. A mi humilde entender, claro.
Besos,
Casey
Veamos, a mi me gusta salir al campo y por la ciudad con Cheska. Es una pasada. Es una yegua que no se asusta de nada, ya puede ser un camión como un río como una traca; tiene sus momentos (sobretodo cuando hay caballos enteros de por medio) pero es fácilmente controlable. También me gustan los juegos, que trote cuando yo quiera y más rápido que nadie, que se acerque a los otros caballos, que se quede absolutamente quieta cuando se lo pido.
Lo que menos me gusta es saltar, y creo que la razón es obvia. Normalmente cada tanda de saltos suele empezar con un rehuse, y una pelea que siempre gano yo pero que me deja un amargo sabor de boca.
La doma es otra cosa. No es ese momento en el que sales a la reprise, y haces una serie de ejercicios siguiendo un esquema determinado. Eso, digamos que es como el examen de final de curso. Para mí la doma es el día a día, conseguir que responda a tus ayudas cada vez más imperceptibles, que esté atenta a lo que le vas a pedir, que te escuche y coopere contigo de buena gana. Yo no he llegado a eso de los apoyos, el passage y el piaffe y probablemente no llegue, al menos con Cheska. Pero si miro hacia atrás y veo donde empezé, con una yegua rígida, terca y desobediente que sólo funcionaba a base de espuelazos y fustazos, y veo donde estoy hoy, con una yegua muchísimo menos rígida (sin estar en tipo de doma clásica), obediente y fiable, siento que he avanzado muchísimo.
Por eso entiendo a la gente que dice que la doma es la base de todo. Y que conste que por doma no me estoy ahora refiriendo a la doma clásica esa que empieza a partir del nível 4 ó 5 (que ahora mismo no sé ni lo que es). La doma para mí es aprender a comunicarte cada día mejor con tu caballo, y no tiene nada que ver con determinados tipos de sillas, ni bocados, ni figuras ejercitadas elegantemente en una pista (que eso ya debe ser la rehostia, con perdón por la expresión).
Bueno, todo este rollo es para decir que creo que la doma me parece una base imprescindible para cualquier disciplina de la equitación, y que no deberíamos confundirla con la doma clásica que vemos en televisión.
Vamos, que es como si para decir que uno sabe nadar se tuviera que nadar 1500 metros en 15 minutos. Hay una diferencia entre chapotear, saber nadar y ser un nadador de competición. Pues lo mismo pasa con la doma. A mi humilde entender, claro.
Besos,
Casey