Más caro no es sinónimo de mejor. Ahora bien, tampoco se puede pretender pagar duros a pesetas como dirían en mi casa. Los productos de calidad de pagan, eso está claro. Pero, ¿realmente merece la pena pagar tanto dinero por ciertos artículos? Pues depende.
Por ejemplo, como tú misma has dicho, B. E. , alguien que monta dos días por semana no notará la mejora que supone el usar ciertas botas. Pues esto, igual. Se supone que los cascos que cumplen la normativa cumplen un exigencia mínima. Que luego protejan de una manera u otra....pues depende. Nunca sabremos si nuestro casco protege lo que tiene que proteger hasta el día que lo tenga que demostrar. He visto un KEP desmontado con una caída a la arena desde un poni A...Yo habría esperado que ese casco hubiese aguantado golpes más fuertes que ese, la verdad. Que luego he visto otros KEP aguantar caídas contra asfalto...
Tengo que puntualizar que un casco no es una inversión "para muchos años"' como puede ser una buena montura, brida etc. Porque sus materiales van perdiendo propiedades con el tiempo, la humedad, la radiación solar...Creo recordar que la caducidad era de uno ¿5 años? Como los neumáticos, que se cristalizan con los años y hay que cambiarlos aunque no hayamos andado más de 5000. A esto hay que añadir que el fabricante no garantiza su seguridad tras cualquier golpe, incluído el que se te caiga de la balda al suelo. Por tanto, si no tengo mucho presupuesto para cascos, igual prefiero gastarme 200 euros cada 2 años (por ejemplo) y tener un casco nuevo homologado sin ningún golpe, que un GPA desde hace 12-13.
Por otra parte, tenemos que tener en cuenta que en equitación todavía hay mucho elitismo, y seguro que hay ciertos jinetes que cuando se compran un casco van a por un KEP o GPA por el diseño sin parar a mirar prestaciones. A otros jinetes de élite, directamente les hacen descuentos del 50% por lo menos.
Y, ya por último, comentar que hacer rutas me parece hasta más peligroso que montar en pista, según los caballos y lo que se haga en pista. Yo me pasaba, cuando el trabajo me dejaba más tiempo, más de 10 horas a la semana montando por caminos de cabras llenos de piedras o por cortafuegos y terraplenes con caballos jóvenes que a cualquier botecito, si te escurres, puedes caerte contra una piedra, por un desnivel de 10-20 metros o darte contra un árbol. Mi última caída fue un tropezón con una piedra y se me cayó el caballo encima.