Ahí está el intringulis. La doma puede mejorar en mayor o menor medida los aires naturales de un caballo. Si partimos de un caballo mediocre, con un buen entrenamiento en doma tendremos un caballo bueno, si partimos de un caballo bueno con el mismo planteamiento deberíamos obtener un caballo buenísimo.
El porqué esto no es siempre así es porque la equitación no es como las matemáticas. Un caballo puede ser muy bueno y el jinete un petate. Un jinete puede tener toda la experiencia y maestría del mundo, pero no brillará en los concursos si no parte con caballos buenos. Y aún reuniendo un buen caballo con un buen jinete, aún así hay veces que no se entienden y no resultan como binomio.
Y después está el tipo de entrenamiento/trabajo que se le hace al caballo, que todo no es montar. Lo escribo de memoria, así que puede que no lo cite tal como es: Un trabajo mediocre pero constante puede dar buenos resultados; un trabajo brillante pero inconstante da malos resultados casi siempre.
El porqué esto no es siempre así es porque la equitación no es como las matemáticas. Un caballo puede ser muy bueno y el jinete un petate. Un jinete puede tener toda la experiencia y maestría del mundo, pero no brillará en los concursos si no parte con caballos buenos. Y aún reuniendo un buen caballo con un buen jinete, aún así hay veces que no se entienden y no resultan como binomio.
Y después está el tipo de entrenamiento/trabajo que se le hace al caballo, que todo no es montar. Lo escribo de memoria, así que puede que no lo cite tal como es: Un trabajo mediocre pero constante puede dar buenos resultados; un trabajo brillante pero inconstante da malos resultados casi siempre.