Jue, Garrocho, que estoy trabajando. Y eso de que estés toda anonada y concentrada en un montón de imágenes que te vienen a la mente según lees, con la lagrima caída y el moco colgando y tu jefe te pregunte algo y le contestes con voz gangosa....... como que queda fatal......
Pero ha merecido la pena. La primera parte de la historia para recordar, por si lo habíamos olvidado, la prepotencia y crueldad del ser humano...... Y la segunda para comprobar que los caballos sí saben perdonar, y que todavía hay esperanza en el ser humano.
Felicidades a los dos.
Besos. Mayca.