Para Sisao, la historia que querias conocer...

Garrocho

Miembro veterano
Una historia como otra cualquiera o en todos lados “cuecen habas"

.... No recuerdo mi nacimiento, lógico, mis primeros recuerdos son de un establo oscuro, con mi madre a mi lado, era una yegua torda, grande, creo que tenia tres sangres, como dicen los humanos, mi padre, según me contó ella, era un caballo holandés, color castaño, muy grande también, no les dieron tiempo a conocerse, lo llevaron un día al establo, la montó y se lo llevaron al día siguiente...

... Con mi madre me dejaron poco tiempo, ella tenia que seguir trayendo al mundo valiosos ejemplares para la competición y no podía estar constantemente pendiente de mí.

... De mis primeros seis meses de vida solo recuerdo aquel establo oscuro, y los pocos ratos que un humano (luego supe como eran.....) me sacaba a tomar el sol, a que sus hijos jugaran conmigo. De esos breves momentos al aire libre, recuerdo que estaba en algo que luego sabría que es un “club hípico”, junto a una gran ciudad, lleno de pequeños establos como el mío, en cada establo, había un caballo, unos jóvenes, otros viejos, todos con sus manías, sus tristezas... por las noches me contaban de sus viejas glorias, de sus sufrimientos, de sus viajes, y de algo que debía ser horrible, un sitio terrible, que ellos llamaban “la pista”, donde les hacían repetir hasta la saciedad ejercicios raros, saltos tremendos, galopadas que no llevaban a ningún sitio.... otros, los mas viejos, hablaban de un lugar mítico, casi un paraíso, que llamaban “el campo”, lo añoraban, soñaban con él, y al hacerlo se deprimían y lloraban.

Así fueron transcurriendo mis primeros meses de vida, mis primeros años..... eso sí, estaba gordo, me daban de comer 5 veces al día, pienso, heno, y de vez en cuando me daban unos polvos que hacían que me pusiera muy nervioso y no pudiera estarme quieto, y que además me daban mas ganas de comer....

El día que cumplí los dos años, vino a mi cuadra un humano, me puso una cosa en mi cabeza, como unas cuerdas, y otra especie de cuerda que me apretaba los pulmones..... me los puso, los apretó y se fue.... me dejó así durante tres días...... ¡cielos como molestaba aquello!... al cabo de ese tiempo, volvió, llevaba una cosa en las manos, parecía una larga vara, con una cuerda al final... y cogiéndome de aquello que me había puesto en la cabeza, me llevo a un sitio, con suelo de arena, luego supe que aquello era lo que mis mayores llamaban “la pista”, que ese hombre era “el profesor”... aunque todavía no intuía cual seria mi destino.

De pronto, movió aquello que llevaba en las manos, el ruido que hizo me asustó, salí corriendo, pero no podía escapar, aquello que había puesto en mi cabeza me hacia girar en torno a él, y eso me asustaba mas todavía, tampoco podía respirar bien, el otro chisme que llevaba puesto me apretaba y no me dejaba... Así me tuvo durante algún tiempo, hasta que agotado, paraba de correr, entonces volvía a usar aquello... lo hacia sonar, algunas veces me golpeaba con su punta... y vuelta a intentar escapar sin conseguirlo...

Así comenzó una rutina diaria... de pronto un día, cuando ya me dolían mucho mis pies y manos porque la arena de la pista se había ido comiendo poco a poco mis cascos, entro el profesor en mi establo, hizo una cosa muy rara, la sensación fue como si un tábano me hubiera picado, pero después me entró sueño... cuando estaba medio dormido, me sacó fuera de mi establo, y me dejo atado a una argolla, entonces, otro humano, que yo había visto de vez en cuando, se dedicó a coger mis manos, mis pies... y me puso mis primeras herraduras..... con aquello, ya no me dolían tanto los cascos... pero tuve que volver a aprender a andar, si pisaba en falso, me resbalaba.....

Ese día no fui a la pista... el profesor me devolvió a mi oscuro establo...

A todo esto, yo no había vuelto a ver a mi amo, ni a sus hijos, ya no venían a jugar conmigo...

El día siguiente, algo cambió, en vez del cinchuelo que me ponía en mi pecho y dorso, me colocaron una cosa que luego supe que se llamaba montura, me venia grande, me bailaba aunque estuviera tan apretada la cincha que seguía sin poder respirar..... supongo que era la que tenían para todos los caballos, olía a ellos... El profesor, me llevo a la pista y me hizo dar dos vueltas, después, me metió una cosa en la boca y la sujetó a las correas de la cabezada, también puso otras correas que luego supe que se llamaban riendas alemanas, que impedían que pudiera levantar la cabeza... y con todas aquellas cosas raras que me había puesto, me hizo dar otras dos vueltas a la pista..... de pronto, me da un tirón de la cuerda que me unía a él y me hace parar (para entonces, yo ya sabia cuando había que parar, que andar, que trotar, que galopar...) Una vez parado, le da la cuerda a uno de sus ayudantes... y viene hacia mí. Yo creía que me haría alguna caricia, lo estaba haciendo a su gusto..., pero no, lo noto dar una especie de salto, y de pronto lo siento sentado sobre mi, intento protestar, brincando, pero cuanto mas brinco, aquello que habían puesto dentro de mi boca me hace mas daño... Así estuvo durante mas de dos horas, cuando acabó, ni una mala caricia, ni un mal gesto de alivio, solo a quitarme aquellos chismes y de vuelta a mi oscuridad...

Van transcurriendo los días, ahora no me tenia atado al centro de la pista, me llevaba suelto, para acá, para allá, sentado sobre mí, me hincaba cosas en mis costados, y me tiraba de las riendas, al hacerlo, aquello que tenia dentro de mi boca me hacia ver las estrellas... poco a poco, fui aprendiendo a hacer lo que yo creía que mi profesor quería... cuando lo hacia bien no pasaba nada, y me pedía hacer otras cosas, cuando no lo hacia a su gusto, se bajaba de un salto, me sujetaba fuertemente de la boca y con una varita muy fina que llevaba, me daba golpes, golpes dolorosos, muchos golpes, alguna vez llego a partir aquella varita en mi grupa....... después volvía a subirse y continuaba pidiéndome cosas... así un día tras otro, yo lo miraba, pero nunca lo veía contento, siempre tan serio, tan profesional... ¡y mira que intentaba hacer lo que él quería!

Otra mañana, le escuche por fin una frase dirigida a mí... “hoy te vas a enterar, se te han acabado los genios”... yo creí que aquello era bueno, pero me equivocaba de nuevo... me volvieron a pinchar y de nuevo aquel sueño tan tonto me entraba...... pero esta vez, si que me dejaron dormir... cuando por fin me desperté un terrible dolor me invadía en mi vientre, casi no podía moverme... y miré..... me habían castrado... en fin, pensé yo, si mi profesor lo ha decidido así, será por algo... Los días siguientes a la operación, no me pusieron la montura, me sacaba uno de los ayudantes de mi profesor, me sacaba a la pista, y me hacia andar, horas andando... poco a poco, el dolor se me pasó... y volvimos al trabajo...
 
A todo esto, yo ya me había acostumbrado a que cada 12 o 13 semanas, me durmieran y me cambiaran las herraduras, dejaba que me pusieran la cabezada, con aquel hierro que ellos llamaban filete, la montura que me hacia tanto daño en la espalda, me llenaran de correas que no me dejaban mover mi cabeza, y me había habituado a la rutina, de mi establo a la pista y de la pista a mi establo... aunque la pista era lo que mas miedo me daba, con todos aquellos golpes, con aquellos gritos...... ¡que razón llevaban mis compañeros mas viejos!...

Otro día, volví a ver a mi amo, asomó su cabeza por la puerta de mi establo, estaba acompañado de su hija mayor y de mi maestro... presté atención a su conversación, estaban hablando de mí, de mi futuro, mi profesor decía a la chica que ya podía comenzar a montarme, que “apuntaba” condiciones para el salto... (alguna vez me habían hecho saltar en la pista, a mí, aquellas barreras me daban miedo, pero intentaba pasarlas saltándolas). Pero la chica dijo que ella quería enseñarme movimientos de doma clásica, yo no sabia que era aquello, pero pensé que seria divertido...

Y así comenzó una nueva etapa de mi vida, yo debía de tener ya cuatro años y medio, y mi vida había transcurrido entre mi establo y la pista, nunca había estado al sol mas de cuatro horas diarias y esto siempre era en la pista, los caballos mayores, seguían hablando de ese sitio mítico llamado “el campo”, pero yo pensaba que era una leyenda urbana de viejos caballos de club hípico. Y la chica, ella tendría unos 17 o 18... venia todas las tardes, olía a nuevo y limpio, siempre perfumada... uno de aquellos días, vino con unos arreos nuevos, dijo que eran un regalo para mí, una cabezada, un filete, una montura... a mí, la verdad aquello me extrañó, porque no me habían tomado medidas, y los caballos mayores me habían contado, que sus dueños, cuando les regalaban algo, primero los median, los probaban... pero eso no me pasó a mí, eso sí, según me enteré luego, lo que la chica me había regalado, era de lo mas caro y de lo mejor, lo habían traído de sitios con nombres tan raros como Inglaterra o Alemania... yo lo de Alemania, ya me sonaba, por aquellas riendas alemanas que tanto dolor de cuello me proporcionaban...

Cuando me pusieron aquellos arreos, pensé que prefería los viejos, aunque no fueran míos, la cabezada me apretaba por todos sitios, y era tan corta, que el filete me hacia poner una cara siempre sonriente, la montura, si la vieja me bailaba por grande, esta me apretaba por pequeña, me hacia daño en la cruz, era dura, me hacia daño en mi dorso...

Ahora, me hacían salir a la pista todas las mañanas, unas dos horas, y por la tarde, cuando venia la chica, otras dos horas, me enseñaban a hacer cosas rarísimas, andar de lado, trotar sin moverme del sitio, andar levantando mis manos, siempre clavándome cosas en mis costados, haciéndome daño con aquel filete que ponían en mi boca, reventándome la espalda con aquella montura, haciéndome heridas en mi cruz, siempre apaleándome con la fusta cuando algo no lo hacia bien según ellos.

Yo ya me estaba hartando de todo aquello, y cada vez me resistía mas a salir a la pista, cada vez protestaba más cuando me pedían que hiciera algo, pero era peor, mas me gritaban, mas me pegaban... hasta que un día decidí que había llegado a mi limite, y cuando la chica tiró de las riendas y aquel filete se clavo en mis labios, no pude mas, me levanté sobre mis pies, la tire al suelo e intenté huir de allí, pero no pude, la puerta de la pista estaba cerrada. Entonces vino la chica, gritándome, mi profesor, también gritándome, sus ayudantes..... todos gritaban, levantaban los brazos. Me cogieron de las riendas, y entre mi profesor y la chica me apalearon con sus fustas, me dolía mucho, cada golpe.... yo no lo entendía, ¿por qué aquellos humanos, en vez de jugar conmigo solo me querían hacer daño?... cuando acabó la paliza, me quitaron los arreos, y me llevaron a mi establo.

Estuve dos días sin comer, creo que decían algo de castigo... me cambiaron de establo, me llevaron a otro, mas pequeño, mas oscuro, ya no me daban de comer como antes, solo pienso una vez al día, y paja otra vez. Allí estuve, sin salir dos meses. Al cabo de ese tiempo, vinieron a por mi, la chica me había vendido a otra chica nueva en el club hípico, yo tenia entonces 5 años y medio, la chica nueva unos 25.

Me lavaron, me volvieron a herrar, me volvieron a poner la cabezada y la montura aquella que tanto daño me hacían, y me sacaron a la pista, yo, me dejé hacer, pensando en darle otra oportunidad a aquellos humanos tan raros.

La pista estaba llena de aquellos obstáculos que tanto miedo me daban, unos mas altos que otros, unos con palos, otros con cajas.

Allí estaba mi nueva dueña, también olía bien, a nuevo, a perfume, tenia el pelo amarillo como la paja fresca. De un salto, se montó sobre mi, me puso al trote, y me dio un par de vueltas a la pista, yo miraba de reojo los obstáculos, sudaba de miedo al verlos...

De pronto, me emboca hacia uno de ellos, me pone al galope, yo procuro no pensar en el miedo, y salto. No lo debí de hacer muy bien, pues al aterrizar, me hicieron saltar otro, y otro, y otro, cada vez mas altos, cada vez mas profundos... yo procuraba hacerlo, pero no se si me salía bien, creo que no lo hacia muy a su gusto, porque volvi a sentir la fusta en mi grupa cuando derribe uno de aquellos palos, volví a sentir aquel dolor y los gritos... los gritos...

Aquello duro una semana más, una semana de golpes, de gritos, de dolor en mi espalda, en mi boca, en mis cascos cuando golpeaba aquellos obstáculos, una semana de artilugios para que no levantara la cara cuando saltaba, me llegaron a poner una cosa en la muserola, que cuando le daban a un botón, me daba descargas eléctricas... una semana de tortura, al cabo de la cual, me devolvieron al establo pequeño, alli estuve unos 3 meses... hasta aquella tarde...

Yo no quería saber nada mas de aquellos humanos, los aborrecía, solo me hacían daño, y según decían, yo era un desagradecido, me tenían en el mejor club hípico de aquella ciudad, donde todos eran amantes de los animales, donde se trataba bien a los animales..... ¡Humanos!

Aquella tarde, la recuerdo muy bien, de pronto, se abre la puerta de mi establo, yo me puse atento, pues no olía al mozo de cuadras, me preparé para patear a aquel humano, que venia a molestar mi triste existencia... allí estaba, pero era raro, no era una chica, era un hombre, grande, regordete, no hacia nada, solo me miraba, de pronto, cuando yo
 
estaba a punto de patearlo, se agachó, se puso en cuclillas, apoyado en el quicio de la puerta, y allí se quedo, quieto, mirándome... yo me relaje, pensé que si pasaba de él, él pasaría de mi y no volvería la tortura...

Pero aquel tipo, siguió allí, una hora, otra hora.... sin moverse, o casi, pues de vez en cuando sacaba un palito blanco, y con una cosa que hacia fuego lo encendía, se lo llevaba a la boca y echaba humo.... así estuvo como dos horas... al final, a mi, me picaba la curiosidad, ¿qué hace este humano?, ¿qué es lo que quiere?... y poco a poco, fui acercándome al él, comencé a olerlo, primero con miedo, al igual que el, supongo, después cada vez mas confiado... fui acercando mi hocico a el, lo olí, él, mirándome, alargó lentamente su mano y me acaricio en mi hocico, luego fue subiendo hasta mi frente, me decía cosas..... no me gritaba, fue la primera vez que escuche aquella frase mágica..... ¿qué pasa chico? Dicha de una forma muy suave, con voz grave, pero suave, casi susurrante..... también era la primera vez que un humano adulto me acariciaba, eso me hacia recordar cuando yo era potro y los hijos pequeños de mi primer amo jugaban conmigo.... pero no me fiaba, estos humanos..... son imprevisibles....

Así estuvimos un buen rato, oliéndonos, si, el también me olía a mí.... cuando de pronto, se lleva la mano a un bolsillo de su ropa y saca una cosa larga y naranja, olía bien..... se la lleva a su boca, la muerde y mientras mastica su trozo, me da a mi el otro trozo..... y yo pienso.... si huele bien, y a él le gusta, no pasa nada por probarla...... con mucho miedo, acerco mi hocico a su mano abierta y con mis labios tomo aquello, ¡jo, esta bueno y dulce! Me lo comí.

Al cabo del rato, se levantó lentamente, e igual que vino se fue, bueno, me dije yo, un humano aburrido que me deja en paz... aunque eso que me ha dado estaba bueno y me gustaba.

Pero no, mi gozo en un pozo, vuelve a sonar el ruido del pestillo del establo, y vuelven a abrir la puerta, yo suponía que era el mozo de cuadra, para traerme la paja, pero tampoco... traen una cosa que parece una extensión a mi establo, y lo dejan en la puerta... tiene una rampa parece metálico, no de obra como mi establo, pero parece un establo al fin... mi curiosidad es grande y miro aquel nuevo artilugio de tortura que han inventado los humanos, ¿qué esperan de mi esta vez?, realmente no lo se.

Vuelve a aparecer aquel humano tranquilo, esta vez, viene desde dentro de ese artilugio que han puesto en la puerta de mi establo, y me vuelve a ofrecer otra cosa como la de antes... bueno, pienso yo, este tío es un pesado, pero mientras me de cosas de estas, le daremos un margen de confianza, se me va a intentar “liarme”, pero vamos a ver que pasa...

Así, paso a paso, zanahoria a zanahoria, fue llevándome hasta el van (luego supe como se llamaba ese chisme y para que servia). Al principio de pisar la rampa y el van, me asuste un poco, aquello resonaba mucho, y se movía... pero el hombre, volvió a hablarme con su voz tranquila... ¿qué te pasa chico?... suavecito, haciéndome caricias en mi hocico... hasta que estuvimos completamente dentro los dos, entonces, sentí como ponían detrás mía unas cosas (que aprendí rápido que servían para que no me cayera) y como se cerraba la rampa y la puerta del van. Curro, que así se llamaba el hombre, seguía jugando conmigo, dándome zanahorias, luego manzanas, luego agua, forraje, pienso... así estuvimos un buen rato, entonces, me pidió permiso para engancharme una cuerda en la cabezada de cuadra, y le dejé hacer...

Antes de salir del van por la puerta delantera, me dejo una buena provisión de “chucherias”, de pienso, de forraje, me enseñó el bebedero del van... y cuando ya estuve mas tranquilo, me dejo.

Entonces, volví a sentir ruidos, movimiento, olores raros... pero pensaba que aquel humano no era tan raro como los otros y me deje hacer, a ver por donde salía...

Vaya nochecita que me hizo pasar Curro, dentro de aquel van, no lo podía ver, pero notaba como aquello se movía ¡solo!, de vez en cuando, paraba, entraba a verme, me acariciaba, me decía cosas con esa voz tranquila.... y vuelta al movimiento...

23 de Mayo del 2000, 6’30 de la mañana, después de un rato de pegar botes y vueltas, el van se para, Curro abre la puerta y baja la rampa, quita los protectores de la grupa, entra en el van, me suelta la cuerda y me quita la cabezada de cuadra, y se sale del van.

Miro hacia atrás buscándolo, y lo veo fuera, llamándome, venga chico... que hemos llegado a casa, me dice... primero despacio, después un poco mas rápidamente, voy saliendo yo solo de aquel van, y cuando al fin saco mi cabeza, lo que veo... un gran sitio, verde, sin puertas, sin paredes, como una pista... pero huele bien, huele a hierba... allí fuera hay otro caballo, un viejo caballo español, entero, tordo como yo, y un poco cascarrabias, pero con cara de buenos amigos, está con Curro, comiendo zanahorias, yo no se como reaccionar, no conozco aquel sitio, pero me da confianza... “chavea, me dice el viejo caballo, bienvenido al campo, bienvenido a casa”........ ¡EL CAMPO no es una leyenda urbana! Fue lo primero que pensé... existe... intente presentarme educadamente a aquel viejo caballo, creo que no lo hice muy bien, pero “Molinete” (que asi se llamaba) no se lo tomo muy a mal, o igual eran las zanahorias, total, que nos olimos, nos conocimos...

He visto mi primer amanecer en el campo, he olido la hierba, he visto el sol... no se cuando va a durar esto, pero me gusta... después de un buen rato, curro nos ha dado de comer, un pienso, nos ha puesto forraje y se ha ido, dejándonos solos...

Que sitio tan grande, puedo galopar, trotar, nadie me dice nada, solo Molinete viene de vez en cuando a “llamarme al orden”... poco a poco, cuando se me pasa “la novelería” me va enseñando “El Campo”, aquí la sombra, aquí el agua... la comida ya has visto donde esta... este barro de la esquina es mío.... aquel de allí, es para ti...

22 de mayo de 2000, 7 de la tarde, hace un rato he llegado a Madrid, estoy “deslomado”, no me gusta conducir, y menos con el van vacío, parece una vela, y por los llanos de La Mancha no hay quien controle el coche... mis amigos Pilar y Juanlu, me han llevado a su “club hípico”, bonito el sitio, lo es, pijo, también, un buen rato. Dos pistas, una
 
cubierta y otra descubierta, cuatro hiladas de boxes, un par de caminadores, todo muy bonito, todo muy pintado, limpio y pulcro... no he visto ni un caballo mirando fuera de las cuadras, todos están pegados al fondo de su box...

No se que quieren enseñarme, pero me han dicho que tenían mi regalo de cumpleaños y que viniera hoy con el van... bueno, si lo sé, llevan un mes hablándome de un caballo grande y fuerte que hay en el club hípico en el que ellos están, dicen que no hay quien lo monte, que esta domado, pero que está loco, me han contado por encima su historial, y se me han puesto los pelos como escarpias... y como dice el refrán, “a caballo regalado, no se le mira el diente”, y en ello estamos, a ver un animal “loco”, del que no he visto ni fotos, con la intención de llevármelo para casa, total, donde come uno, comen dos, y así le hace compañía a “Molinete”, igual no sirve para montar, pero seguro que hace el apaño para llevarlo a reata, con la carga de las excursiones, que el bueno de Molinete ya no esta para muchos trotes...

Llegamos al final de una de las hiladas de boxes, y en el ultimo, me dicen.... “hala, ahí lo tienes, a ver que te parece... no te acerques mucho, que ya sabes que esta medio loco”... ¡vaya por Dios, con amigos como estos, quien necesita enemigos! Me pienso...

Abro la puerta del box, y ¡madre mía! ¡¡¡Que pedazo de bicho!!!, grande como el solo, muy delgado y sucio, descuidado, receloso, pero....... QUE GRANDE... Dejadme solo, les digo, y ellos se van a tomar algo al bar. Yo me centro en el caballo, esta nervioso, parece que no se fía mucho de nadie... en fin, a ver que pasa... y muy despacito, me voy poniendo en cuclillas, dejando que pase el tiempo, me enciendo un cigarro, y lo dejo que me huela, que me pierda el miedo (no se si el tiene mas miedo o soy yo el que lo tiene), que se tranquilice poco a poco... porque loco no se, pero nervioso, si que lo está, le dan temblores por todo el cuerpo, en la tabla del cuello, en la panza..., las orejas siempre las tiene “atentas” y como hagas un movimiento brusco... da un brinco de “no te menees”...

Siempre llevo algo en el bolsillo, cuando no son zanahorias, son algarrobas, y cuando no, bellotas o castañas... son un buen método para “entablar amistad”, así que saco una zanahoria, me como media y le ofrezco la otra media al caballo...

Viene, la huele, se va para atrás de nuevo, vuelve a estirar el cuello, y sin atreverse a acercarse, intenta cogerla con los labios... este animal, tiene mas miedo que vergüenza, me pienso, menuda vida debe de haber tenido... al final, acerco un poco mas la mano, y coge la zanahoria con los labios, rápidamente vuelve atrás y se la come...

Bueno, primer paso dado, sigo sin tenerlas todas conmigo, pero me voy a arriesgar, total, así no doy el viaje de vació. Salgo del box, cierro la puerta y voy a por Pilar y Juanlu, con cuidado, metemos el coche y el van en el callejón, y lo dejamos embocado y abierto, justo enfrente de la puerta del box del caballo... saco del coche la remesa de zanahorias... y con tranquilidad y paciencia vamos a por el animal... no hay prisa, si no entra hoy, entrara mañana...

Al final, engolosinado con las zanahorias, ha entrado en el van, lo hemos fijado y después de cenar, hemos partido para casa...

El caballo esta delgado, sucio, descuidado, los cascos dan lastima, nervioso, histérico, desconfiado, mis amigos le han pagado “al de la carne” tres mil duros por el para regalarmelo... pero igual vale la pena intentarlo... esto es lo que venia pensando por la carretera...

Hemos llegado a casa, abro la puerta del van y quito las protecciones... entro al van, y le quito al caballo la cuerda y la cabezada... me voy fuera y lo llamo... Molinete anda por aquí, ha debido de oler las zanahorias...

Lentamente sale del van, primero asustado, luego con un poquito mas de confianza... se acerca a las zanahorias y con ansia las va cogiendo, Molinete lo huele, me aparto, “vayamos a leches”, pero parece que no pasa nada, así que los dejo solos, les pongo forraje, pienso y me voy, que llego tarde a la oficina....

Esta tarde, he desparasitado a Juerguista, parece que su día de campo le ha sentado bien, vino Angel, un amigo domador, a verlo, me ha confirmado lo que yo ya pensaba... caballo de “picadero”, con “mas vicios que un legionario” (con perdón por los legionarios) duro como una tabla, nervioso, demasiado nervioso, en fin, todo un compendio de lo que no debe de ser un caballo...

...

Han pasado ya 6 meses desde que Juerguista llego a casa, y han sido 6 meses de “vacaciones en el prado”... solo le hemos desherrado y arreglado los cascos, nada de montarlo... ahora parece que esta mas tranquilo, también en eso ayuda Molinete... hoy hemos salido a pasear por la vega... con la cabezada de cuadra, andando, lo he llevado del ronzal...

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23 de mayo de 2005, hoy Juerguista va a estrenar su nueva montura, su nueva cabezada, su nuevo bocado, vaya pasta que me he gastado, todo a medida del caballo... En estos 5 años, en la finca, hemos estado aprendiendo el uno del otro... Primero le tuve que enseñar a dar las manos y los pies, a no moverse cuando las daba, era la única forma de poder herrarlo sin tener que sedarlo, después, hemos estado aprendiendo a jugar el uno con el otro, luego, llego el tiempo de la montura, de la cabezada, del bocado... hemos salido los tres al campo muchas veces, los tres primeros años no lo monté, solo montaba a Molinete y llevaba a Juerguista a reata..., hemos hecho dos Candelarias... y nos ha acompañado a Molinete y a mi muchas veces a correr vacas y a destetar becerras, este ultimo año pasado, lo he montado, siempre en la finca, y por fin, hoy ha llegado el gran día... hemos montado un corredera en la finca (eso si es una finca, y no mi parcelilla) de un amigo, vamos a celebrar mi cumple por todo lo alto.... bueno, mi cumple y el de Juerguista... Pilar y Juanlu también estarán, no han visto a Juerguista desde el día que me lo lleve de aquel jodido “club hípico”...

... Menudo día, vaya pedazo de jaca que tengo... como se ha portado, uno de los mejores cumpleaños de mi vida. Al caer la tarde, Angel, ha deshecho el nudo vaquero de la cola de Juerguista, y con unas tijeras de esquilar, lo ha escobillado, le ha rapado el tufo y le ha entresacado las crines... ahora si que tengo una buena jaca vaquera...

...

23 de mayo de 2006, Molinete ya no sale al campo, demasiada edad, se pasa todo el día sesteando en la finca... bueno, a sus casi 30 años, se ha ganado la jubilación... esta noche estamos durmiendo en Madrid, mañana vamos a Zamora, a la finca de unos amigos, a “jugar” un poco con las reses bravas, Juerguista esta durmiendo en su antiguo “club hípico”, nadie lo ha reconocido, incluso “el profesor” quería “probarlo”... (y un güevo, vas a probar tu, me he dicho yo para mis adentros)... solo Pilar y Juanlu sabían que caballo era... y no paraban de reírse y de soltar indirectas... jajajaja...

Tenemos un problema en casa ahora, cuando mis hija y mi hijo están conmigo en los fines de semana que nos tocan, solo quieren montar a Juerguista, a su Juerguista como ellos dicen... tienen sus propios caballos, pero como dice mi hija ... son muy bonitos, pero no son Juerguista.

En estos años, he estado en cursos de Monty Roberts, de Lucy Rees, de Fernando Noalles, buscando soluciones a sus problemas, he aprendido de herraje, he estudiado y leído mas que en toda mi carrera, he hecho mas cursos que cuando acabé el doctorado, hemos intentado hacer las cosas poco a poco, incluso he tenido que aprender de nuevo a montar, nuevas técnicas, nuevos métodos, todo por un caballo “loco” y para “la carne”.

Ahora estamos preparando nuestra gran aventura del año que viene, desde Granada-Virgen de la Cabeza-Rocio-Santiago de Compostela. Si Dios quiere, dejaremos en Santiago una vieja garrocha, y dos herraduras, una de Molinete y otra de Juerguista...

Solo hay dos cosas que no he podido quitarle, una el pánico a “la pista”, en cuanto ve una pista sale como alma que lleva el diablo, otra es el “yuyo” a la fusta...

...

14 de junio de 2006, vísperas de Corpus, estoy escribiendo la historia de Juerguista, y en parte también mi historia, para compartirla con unos nuevos amigos. Mañana es día del Corpus, día grande en Granada, después de la procesión, iremos un rato al ferial, a pasear y a ver amigos, vestidos como Dios manda, sombrero de ala ancha de paja fresquito, guayabera crema, calzonas de vuelta, zahones engrasaos, botos, montura y arreos limpios, engrasaos y brillantes, y “yerros” pavonaos, mas negros que el tizón... como dos señores. Como diríamos por estas tierras... “con dos cohones... quillo”
 
Gracias Curro por compartir con nosotros esta historia, tu historia, tan maravillosa, y también, ¿por que nó? tan didactica. Creo que una de las condiciones que mas falta hacen para tratar con los caballos, y que menos se prodigan, es la paciencia, y tu has demostrado tenerla y con creces.
Enhorabuena.
¡solo te ha faltado una fotito de juerguista!

Un abrazo
Angel
 
Jo ...Curro ; he estado leyendo vuestra historia y se me han puesto los pelos como alcayatas , perdona la expresión pero me sale del alma ......en el texto que has escrito hay tantas imagenes que he visto a lo largo de años que tienen como telón de fondo la incomprensión y brutalidad del ser humano hacia el caballo ; en vez de intentar entender nos limitamos a pensar que han de pensar y actuar a nuestro antojo . Creo que tienes mucha razón en decir que tal vez él ha sido tu suerte por que te ha obligado a romperte la cabeza para compartir con él tu vida , que no era facil . También te felicito por haber buscado soluciones con la mente abierta , a mi juicio en equitación nadie tiene la verdad absoluta por que cada caballo es un mundo , y de todo el mundo hay algo que aprender o descartar .

No te conozco , pero tu historia me dice mucho de tí y me gusta lo que me dice . Un abrazo .
 
Que bonita historia, como buenos animales agradecidos que son los caballos, se entrega todo lo que puede y te hace disfrutar como él lo hizo en el campo ese pequeño paraiso . Cada uno a fin de cuentas tiene lo que se merece por eso Juerguista está contigo.
Un abrazo, Belén
 
joder curro, menuda historia. Si pudieras verme ahora mismo te estoy aplaudiendo!!!!!!, nos has dado a todos una lección de sabiduría, comprensión y saber hacer, el que lea esto y no se pare a pensar, aunque solamente sea por un segundo, es que no tiene fondo.
No se a que te dedicas, pero literariamente vales para describir con facilidad y sensibilidad una bonita historia contada, desde el fondo de tu corazón.
No se curro, pero a mi me has demostrado bastantes cosas.

Espero que nos deleites con tu sabiduría muchas muchas veces, y nosotros, TODOS, nos deberíamos sentir privilegiados por tener en el foro a una persona de tu estilo.

GRACIAS.

SISAO
 
chula la historia xd

eso de pinchar a los caballos para herrarlos me parece una de las peores cosas que hay yo nunca e tenido k pinchar a ninguno y donde tengo mis caballos y monto etc.. e visto herrar a caballos por primera vez y nadie los a pinchado, eso de
drogarlos para hacerles cosas no tiene que ser nada bueno
 
pues yo discrepo.
una de mis yeguas para los pies se tiene que aturdir con 10cc de calmoneosan. para las manos no.
consultado con el veterinario desde el primer dia y no me puso pega alguna. la dosis es minima.
se intentó con paciencia, mucha paciencia y no hubo exito.
en casos concretos, sabiendo lo que se pincha con permiso veterinario.
 
y eso de darle descargas electricas yo es la primera vez que lo escucho vaya. luego le ven a un caballo alguna marca de serreta y se alarman y aora resulta que les dan descargas electricas...

babieca no digo que sea malo para la salud del caballo si la gente lo ace amenudo no tiene k ser malo pero digo k no tiene k ser bueno en sentido ... nose si me entiendes por ejemplo yo me compre ace 1 mes y medio un caballo y atento al caballo

7 años domado alta escuela asike poco no se a tenido quee montar fijate si le habran puesto herraduras, y el otro dia fui a herrarlo y el caballo parecia que era la 1º vez que lo herraban peor que un potro cerrero llame al hombre que se lo compre y el decia que lo pinchaba que esque el caballo no se dejaba... bueno pues ya lo he herrado sin tener que pincharlo nos costo lo suyo pero bueno con 2 veces mas que lo hierre ya no hara falta ni agarrarle las manos al herrador
 
si un caballo para herrarlo sin pinchar te tienes k tirar 7 horas pues te las tiras la proxima vez te tiraras 6 y la proxima 5:30 hasta que se hierre bien..
 
te entiendo kei.
donde yo estoy acostumbran a los potros desde pequeños a dar las manos y las patas, y luego ya mas mayorcitos cuando la ducha despues de trabajar les pedimos las manos y las patas y se les da golpecitos en el casco con un cepillo para que se acostumbre.
pero de vez en cuando sale una yegua manolona como la mia que se pone histerica con los pies, y se aturde un pelin y así sufrimos todos menos. le consulté a mi veterinario que era lo mas suave que le podia pinchar y el efecto es por un tiempo cortito.
almenos se deja ya limpiar y engrasar, pk eso lleva menos tiempo...pero lo mio me costó.

vaya, yo me referia que no se puede generalizar con eso.
 
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