Algunas de las teorias sobre la procedencia de las Royal Mares, es que su base fue un pony pequeño y muy rapido que existia en las islas el "Galloway" y este se cruzo con caballos Ibericos (en aquel entonces extraordinarios galopadores, no como ahora), y sus cruces posteriores con ârabe.
De lo leido, lo que mas me convence sobre estas "Royal Mares" es un texto de Manuel Moreno en El caballo.
"Las “Royas Mares”
Se las llamó Yeguas Reales porque, de algún modo, su exsistencia estuvo vinculada a la casa Real.
Partiendo de los siglos XV y XVI, se sabe que Enrique VIII tenía una yeguada de caballos de la raza “Hobby” en Greenwich y que envió varios lotes a Italia, destinados a los Duques de Milán y Ferrara y al Marqués de Mantua. El “Hobby” era un caballo muy rápido que se utilizaba en carreras de 400 metros, y estos nobles italianos los importaban para participar en las competiciones de palio, que todavía se celebran en Siena. En los inventarios de esa época figuraban ya caballos berberiscos, turcos, españoles y árabes, aunque los nuestros los dedicaban más bien a la doma.
A la muerte de su padre, Isabel 1 continuó con la yeguada, así como su sucesor en el trono, Jacobo 1, quien la trasladó a Tutbury. Pero este rey tenía poco interés por las carreras y es de suponer que la cría sufriese algún declive durante su reinado En ese período aparece en los libros de la yeguada de Helmsley una yegua con el nombre de Old Morocco Mare que debió de ser yegua-base, porque figura cuatro veces en el pedigree de Eclipse, cinco, en el Herod; y cuatro, en el de Matchem.
Carlos 1 amplió la yeguada de Tutbury y confió su dirección al Duque de Newcastle. Después de su derrocamiento y posterior ejecución (1649), el Parlamento se incautó de la yeguada, se contabilizaron 25 yeguas de cría con sus foals, 13 mayores de 4 años, 56 potros y potras y 21 caballos de 4 años en adelante. Sin embargo, no se encontraron sementales.
Este fue un momento crucial para el destino de las “Royal Mares “, porque fueron dispersadas, la mayoria de ellas regaladas a los héroes de la Guerra Civil.
No se sabe mucho de lo que ocurrió durante el período republicano del “Lord Protector “ (Oliver Cromwell), pero hay constancia de que, al reinstaurarse la monarquía en 1660, una de las preocupaciones de Carlos II fue recuperar las yeguas que su padre había tenido en Tutbury, encargando está difícil tarea al Caballerizo Mayor, James Darcy, labor que continuó su hijo James Darcy Jr., quienes no ahorraron esfuerzos para localizar a todos los descendientes que pudieron de dichas madres y los encontraron en Sedbury, al norte de Yorkshire, donde se restableció la yeguada.
Carlos II implantó el centro de carreras en Newmarket y, sin que se sepa por qué, se alargaron las distancias de las pruebas, siendo corrientes cuatro tandas de una milla. Esta prolongación de los recorridos pudo ser la razón principal para decidirse a importar sementales árabes de primera línea, que se distinguían por su gran capacidad de resistencia a grandes velocidades, los cuales serían cruzados con las yeguas autóctonas, para aumentar el fondo de los productos. Hasta aquí, ha sido la azarosa y fascinante “prehistoria de las “Royal Mares”, en la que aparecen luces y sombras. La historia comenzó entre 1791 y 1814, con la elaboración del primer General Stud Book”, en el que se registraron 100 yeguas-base, seleccionadas por Mr. James Weatherby, en virtud de la información recopilada del “Racing Calendar and Sale Papers”.
Cincuenta años después, el australiano Bruce Lowe y el alemán Hermann Goos acometieron la ardua tarea de averiguar, independientemente, la ascendencia por línea materna de todas las yeguas incluidas en los “Stud Books”. El trabajo les llevó varias décadas, y al final del siglo XIX ambos dieron a conocer sus resultados, que eran similares; de las 100 matronas originales, solamente tenían descendencia unas 50. Las otras habían sido eliminadas, por la baja calidad de su producción o por otras razones. Lowe hizo una selección en base a aquellas líneas que habían generado el mayor número de ganadores del Derby de Epsom, St. Leger y Oaks, y asignó un número a cada una hasta el 43.
A las familias 1 al 5 las tituló “familias de corredores” y a las números 3, 8, 11, 12 y 14 las llamó “familias de sementales”. Esto quería decir que las primeras eran las de más calidad, en cuanto a la producción de ganadores por línea femenina y las segundas, en la de sementales. Naturalmente, las cosas han cambiado mucho en un siglo, pero se sigue comprobando que las familias de números bajos producen mejores corredores, y la mayoría de las destacadas por Lowe continúan en pleno vigor. El número de familias importantes es de unas 15, que comprenden 40 ó 50 ramas."
Saludos