No sé si me podréis ayudar, pero al menos me desahogo.
El problema es que desde hace un mes aproximadamente, y después de una larga temporada en la que ha estado yendo de lujo, Cheska ha empezado a portarse mal cuando la monto. Al principio solo era pequeñas desobediencias, como negarse a salir a galope o a hacer un círculo, a la vez siguiente que se lo pedía lo hacía y de ahí no pasaba. Pero el problema cada vez va a más, ahora no sólo se niega sino que cuando le insisto empieza a recular, y si le doy con la fusta se bota. Hoy hasta se me ha puesto de manos.
Llevo una semana devanándome los sesos sobre a qué puede ser debido esto. Este sábado pasado tuve una bronca con la chica que nos da las clases de doma desde hace un par de meses, precisamente por esto. Esta chica nos insiste mucho en que debemos usar las ayudas de forma muy suave, ir de menos a más, tener muchísima paciencia y conformarnos con lo que el caballo nos quiera dar. A mí me da la sensación que con Cheska esto no funciona, por lo menos cuando no le estoy pidiendo algo nuevo para ella. Cuando estamos haciendo espalda adentro, por ejemplo, si veo que se bloquea hago un círculo y vuelvo a empezar, procuro ser muy suave con las ayudas y recompensarla mucho cuando hace algunos trancos correctos. Pero si se niega a hacer un círculo al trote, o una salida al galope cuando se la pido, o empieza a recular de repente, siempre lo he achacado a que me está toreando.
Últimamente he estado considerando si no podría ser que se negara porque estoy haciendo algo mal, poniendo el peso donde no debo, o qué se yo, así que antes de corregirla inmediatamente con un fustazo, procuro repasar mentalmente mi posición y las ayudas por si fuera cosa mía. Lo malo es que tanto si le doy el fustazo a la primera, como si la dejo hacer el tonto y simplemente sigo insistiendo, siempre acaba por hacer lo que le he pedido. Digo que es lo malo porque así no hay forma de que me aclare cual de las dos posturas es la más correcta.
Los profesores no me ayudan tampoco. Ya os he comentado lo que opina la chica que nos da ahora las clases de doma, sin embargo el profe que tenía antes me ha visto hoy dejándola recular y me ha echado una bronca de tres pares de narices por no darle un buen fustazo. Y Loles tampoco me puede ayudar porque en sus clases nunca me lo hace, siempre se porta tan bien que no parece la misma yegua.
Bueno, tampoco os creáis que me paso la hora riñendo con ella. Normalmente sólo desobedece dos o tres veces, lo que me preocupa es que cada vez su reacción a mi insistencia es más violenta, y no sé si será por causa de no corregirla con más firmeza cuando hace el tonto.
¿Qué os parece?
Saludos,
Casey
El problema es que desde hace un mes aproximadamente, y después de una larga temporada en la que ha estado yendo de lujo, Cheska ha empezado a portarse mal cuando la monto. Al principio solo era pequeñas desobediencias, como negarse a salir a galope o a hacer un círculo, a la vez siguiente que se lo pedía lo hacía y de ahí no pasaba. Pero el problema cada vez va a más, ahora no sólo se niega sino que cuando le insisto empieza a recular, y si le doy con la fusta se bota. Hoy hasta se me ha puesto de manos.
Llevo una semana devanándome los sesos sobre a qué puede ser debido esto. Este sábado pasado tuve una bronca con la chica que nos da las clases de doma desde hace un par de meses, precisamente por esto. Esta chica nos insiste mucho en que debemos usar las ayudas de forma muy suave, ir de menos a más, tener muchísima paciencia y conformarnos con lo que el caballo nos quiera dar. A mí me da la sensación que con Cheska esto no funciona, por lo menos cuando no le estoy pidiendo algo nuevo para ella. Cuando estamos haciendo espalda adentro, por ejemplo, si veo que se bloquea hago un círculo y vuelvo a empezar, procuro ser muy suave con las ayudas y recompensarla mucho cuando hace algunos trancos correctos. Pero si se niega a hacer un círculo al trote, o una salida al galope cuando se la pido, o empieza a recular de repente, siempre lo he achacado a que me está toreando.
Últimamente he estado considerando si no podría ser que se negara porque estoy haciendo algo mal, poniendo el peso donde no debo, o qué se yo, así que antes de corregirla inmediatamente con un fustazo, procuro repasar mentalmente mi posición y las ayudas por si fuera cosa mía. Lo malo es que tanto si le doy el fustazo a la primera, como si la dejo hacer el tonto y simplemente sigo insistiendo, siempre acaba por hacer lo que le he pedido. Digo que es lo malo porque así no hay forma de que me aclare cual de las dos posturas es la más correcta.
Los profesores no me ayudan tampoco. Ya os he comentado lo que opina la chica que nos da ahora las clases de doma, sin embargo el profe que tenía antes me ha visto hoy dejándola recular y me ha echado una bronca de tres pares de narices por no darle un buen fustazo. Y Loles tampoco me puede ayudar porque en sus clases nunca me lo hace, siempre se porta tan bien que no parece la misma yegua.
Bueno, tampoco os creáis que me paso la hora riñendo con ella. Normalmente sólo desobedece dos o tres veces, lo que me preocupa es que cada vez su reacción a mi insistencia es más violenta, y no sé si será por causa de no corregirla con más firmeza cuando hace el tonto.
¿Qué os parece?
Saludos,
Casey