Gracias, gracias, gracias.
Resumen de la experiencia de hoy:
Para embridar a Duende he necesitado incluso ayuda. Después de montar, con no mucho éxito por cierto, me dispongo a quitarle el equipo. Lo llevo a la cuadra, donde hay mucha más tranquilidad. No le ato a la anilla, pues no puede escaparse y no quiero restringirle movimientos. Caricias. Toco la testera; le cambia la cara por completo y arruga la boca. Más caricias y un trozo de manzana. Mientras la come, le acaricio mientras pongo mi mano en la testera, y empiezo a moverla muy despacio. Cabecea. Más caricias. Termina su trozo de manzana. Le doy otro. Tiene la cabeza muy baja. Más caricias y toco la testera. No protesta. La levanto, con más caricias. No se mueve, sigue con su manzana (será glotón). Consigo pasarla hacia delante. No se inmuta. Muevo el pelham unos milímetros arriba y abajo, sin tocar sus dientes. No hay reacción negativa. Sigue masticando. Bajo un poco más el pelham.... abre la boca... lo deja pasar... ¡está fuera! ¿Magia?
Recompensa: una buena ducha, más mimos y el resto de trozos de manzana que llevaba.
Sé que habrá que esperar más tiempo, que evolucione el "método" y conseguir al final que lo haga sin sobornos de por medio; pero es un buen comienzo, ¿no?
Una de las cosas que ya me ha enseñado Duende: "Con la fuerza no vas a conseguir nada... ¡convénceme!"
Gracias a todos. Os seguiré contando.