No entiendo la salida de tono de algun ciudadano de ilustre población sin más ocupación conocida que la de envidiar las cualidades de los demás, y a quien no solo le parece de buen ver el ataque a quien se esfuerza por aprender sobre nuestra querida doma achacando en el debe de un aficionado el hecho de tener varios maestros, sino que también osa discutir la gallardía y humildad, además del tesón en su trabajo de nuestro campeón, el cual demostró, como bien pude observar en el concurso reciente de El Rocío, esta un escalón por encima de los participantes de aquel día demostrando el por qué de su campeonato y, no contento con eso, demuestra cada vez que monta a caballo su ilusión por la disciplina, como tuve la posibilidad y la suerte de escucharle en la pista de calentamiento mientras hablaba con un conocido suyo de su otro caballo en concurso, el cual, sirva ello de contrapunto a mi parrafada, no llega a ostentar unos aires adecuados al concurso, y ver con mis propios ojos la ilusión que el jinete tenía por sus actuaciones y que quedaba reflejada en sus comentarios.
No es precisamente la ilusión la que mueve al que inicia este tema de una manera un tanto errada ya que a sus afirmaciones no las acompaña de contenido, limitándose a despreciar el trabajo que otro con paciencia y humildad ha llevado a cabo y, a entender de este personaje que suscribe, muy acertadamente.