Efectivamente, siempre achaqué esos ataques de energía mas a la alimentación propia de la estación que al cambio estacional en sí. Temo no explicarme con claridad, pero abundaré mas en el tema:
Desde el final del estío cualquier animal prepara por instinto su cuerpo a la época de frio invernal que se avecina. La propia naturaleza les proporciona alimentación adecuada para ello: Castañas, manzanas (las que quedan), bellotas, etc, casi todo como véis son alimentos energéticos que favorecen la acumulación de grasa, elemento protector de frío y acumulador de reservas para épocas peores.
A esto le unimos que con menos calor se encuentan mejor. Pero no es que estén mas marchosos, es que se dan mejores circunstancias que en pleno verano para desarrollar actividades deportivas.
Bueno, con Dios!
Desde el final del estío cualquier animal prepara por instinto su cuerpo a la época de frio invernal que se avecina. La propia naturaleza les proporciona alimentación adecuada para ello: Castañas, manzanas (las que quedan), bellotas, etc, casi todo como véis son alimentos energéticos que favorecen la acumulación de grasa, elemento protector de frío y acumulador de reservas para épocas peores.
A esto le unimos que con menos calor se encuentan mejor. Pero no es que estén mas marchosos, es que se dan mejores circunstancias que en pleno verano para desarrollar actividades deportivas.
Bueno, con Dios!