No es por salvarle la cara al tipo que castró al potro criollo, pero tampoco creo que estemos en condiciones de criticar su actuación. Una servidora en Senegal no ha estado (y no por falta de ganas) pero en la Habana pasé un ratito. Da igual lo que os cuente, por que si no lo vives ni te lo crees ni lo entiendes ni na de na (no es así, Henrique???).
Saludetes.
Saludetes.