Pues hablando de irse de caña, eso es precisamente lo que ha hecho mi yegua este domingo. Y no ha sido conmigo, sino con una niña, por lo que mi disgusto es aún mayor.
Como ha estado toda la semana lloviendo, las pistas exteriores están inundadas, y trabajar todos en la pista cubierta era bastante estresante. Los alumnos de doma han decidido irse a dar un paseo, pero una de las chicas no tenía caballo y yo le he "prestado" a la yegua para salir. Esta yegua siempre ha tenido fama de ser muy muy tranquila en los paseos, no se asusta de nada, y yo misma lo he comprobado pues he salido muchas veces con ella. Yo misma la definía como un caballo " a prueba de bomba " no hace ni una semana. Bueno, pues el caballo de una niña ha empezado a retrotarse y a botarse, y la niña ha caído tres o cuatro veces, así que al final la chica a la que le había dejado la yegua se la ha cambiado. El caballo de la niña seguía botándose, y mi yegua, según me han contado, ha empezado a retrotarse apenas la ha montado esta niña. En el camino de vuelta a la hípica, uno de los caballos se ha puesto a galopar, y mi yegua, que iba la última, les ha adelantado de repente por enmedio de los huertos y ha salido desbocada hacia las cuadras. Un señor que había llevado a sus mulos a pastar al prado ha conseguido pararla, y al final todo ha quedado otra vez en un susto.
Nada, que no gano para disgustos. Pero he aprendido dos lecciones:
1) No hay caballos "a prueba de bombas". Siempre, siempre, hay que contar con la posibilidad de que pase algo.
2) No "prestar" la yegua a nadie.
Lo que me deja mosca es la reacción de la yegua. ¿Será porque la he trabajado poco esta semana (por la lluvia dichosa? ¿Será porque la niña iba ya histérica y se lo ha transmitido a la yegua? ¿Será porqué se está "sensibilizando" y está dejando de ser "dura" y "pasota"? ¿ O un cúmulo de todo?
En fin, que aquí me quedo esperando que vengan tiempos mejores.
Besos,
Casey