Esas querencias pasan a ser levantadas de manos en un plis plas. Y una vez llegan a ese punto pffff ahí hay que ser más brutos. Sabiéndolo, es preferible que se deje de ostias cuanto antes que no que escale por metros cuadrados. Tu potra es muy fina, cuidado con esas cosas
Lo normal es que nos dejemos llevar un poco cuando estamos siempre con ellos (mira como me salté yo mi propio manual cuando me pareció gracioso que se tumbara en medio del trabajo una o dos veces...)
¿QUieres una buena forma para que se le pasen las querencias y no necesites ponerte contra ella? Funciona muy bien para caballos a los que si te pones demasiado firme se bloquean o para yeguas plastas que no se dejan leer la lección.
Durante unos días, cuando galopes y se pare en dirección a la puerta (o en ese punto) la dejas ir a la puerta. Y ahí, la pones en un círculo pequeño y que siga trabajando. Aprovecha para ponerle la pierna y que espabile el trote (mejor no al galope).
Dale unos buenos círculos que ella se crea que está trabajando en serio y luego le sueltas las riendas para ir hacia el lado opuesto de la pista, le pones la pierna suave, la diriges hacia el otro lado y la dejas ir.
Si se da la vuelta para irse a la puerta, la dejas ir y cuando vuelva a la puerta vuelves a repetir el proceso.
Trabajar y bien. Que note la diferencia.
Repite una serie de veces y verás que en muy poco, tendrá poquitas ganas de irse hacia la puerta.
Una vez se le pase, la trabajas normalmente por toda la pista de nuevo sólo para ver si ha entendido el tema, pero yo lo que haría es que una vez se le pase, la trabajaba al paso riendas largas por la pista un buen rato y me la llevaba a la cuadra. Sesión terminada.
En cada sesión, cada vez que sientas que vuelve a la querencia, le repites el proceso.
A ver si te sirve.
Adáptalo a tu forma de montar y a tu forma de hacer claro, pero lo importante es que entienda el mensaje:
En la puerta, pierdo peso. Si me alejo de la puerta, me dejan en paz.
Ya cuando se le quiten las ganas, igualas el trabajo como si nada hubiese pasado. Luego mucho premio cada vez que responda a algo y todo lo demás, que en pista se sienta bien contigo claro. Siempre mejor hacer series de pocos minutos con momentos de descanso que querer trabajar muy seguido a un determinado aire. Así se mantienen con ganas de hacer cosas, van poniendo los pies debajo por la frecuencia de las transiciones, etc y no se aburren.
Lo normal es que nos dejemos llevar un poco cuando estamos siempre con ellos (mira como me salté yo mi propio manual cuando me pareció gracioso que se tumbara en medio del trabajo una o dos veces...)
¿QUieres una buena forma para que se le pasen las querencias y no necesites ponerte contra ella? Funciona muy bien para caballos a los que si te pones demasiado firme se bloquean o para yeguas plastas que no se dejan leer la lección.
Durante unos días, cuando galopes y se pare en dirección a la puerta (o en ese punto) la dejas ir a la puerta. Y ahí, la pones en un círculo pequeño y que siga trabajando. Aprovecha para ponerle la pierna y que espabile el trote (mejor no al galope).
Dale unos buenos círculos que ella se crea que está trabajando en serio y luego le sueltas las riendas para ir hacia el lado opuesto de la pista, le pones la pierna suave, la diriges hacia el otro lado y la dejas ir.
Si se da la vuelta para irse a la puerta, la dejas ir y cuando vuelva a la puerta vuelves a repetir el proceso.
Trabajar y bien. Que note la diferencia.
Repite una serie de veces y verás que en muy poco, tendrá poquitas ganas de irse hacia la puerta.
Una vez se le pase, la trabajas normalmente por toda la pista de nuevo sólo para ver si ha entendido el tema, pero yo lo que haría es que una vez se le pase, la trabajaba al paso riendas largas por la pista un buen rato y me la llevaba a la cuadra. Sesión terminada.
En cada sesión, cada vez que sientas que vuelve a la querencia, le repites el proceso.
A ver si te sirve.
Adáptalo a tu forma de montar y a tu forma de hacer claro, pero lo importante es que entienda el mensaje:
En la puerta, pierdo peso. Si me alejo de la puerta, me dejan en paz.
Ya cuando se le quiten las ganas, igualas el trabajo como si nada hubiese pasado. Luego mucho premio cada vez que responda a algo y todo lo demás, que en pista se sienta bien contigo claro. Siempre mejor hacer series de pocos minutos con momentos de descanso que querer trabajar muy seguido a un determinado aire. Así se mantienen con ganas de hacer cosas, van poniendo los pies debajo por la frecuencia de las transiciones, etc y no se aburren.