Para comprobar si la talla del casco es la vuestra, no basta con que os encaje en la cabeza. El casco tiene que entrar bien, sin apretar por ningún lado, y una vez ajustado el barbuquejo y la nuca (si tiene la opción), al mover la cabeza rápidamente de un lado a otro (como si nos estuviéramos sacudiendo el pelo mojado) debe quedarse en su sitio, sin bailar y sin moverse hacia delante o hacia detrás.
Lo demás (material, diseño, marca etc) si cumple la normativa da igual que sea de niño que de adulto. Por cierto, según tengo entendido, los cascos caros caros (de los de 1000 euros para arriba) si tienes una caída lo devuelves y te envían uno nuevo. Al menos eso anunciaban los de GPA hace años. Ahora no sé cómo estará el tema, por eso es conveniente informarse bien antes de comprarlo.