No tengo tan claro que todo sea puro instinto, la verdad. Hay cosas que veo en ellos y me digo que es como ver a una persona en el cuerpo de un caballo.
Una anécdota divertida es la de el caballo de mi foto, que no soporta al veterinario, lo odia, y un día estábamos con el herrador recortándole los cascos mientras el vete estaba entretenido haciendo otras cosas con los otros caballos.
El tío no le quitaba los ojos de encima al veterinario un solo segundo, tenso como una piedra, hasta el punto que le estaba dando más trabajo al herrador de la cuenta.
El veterinario se va finalmente, pero mi caballo seguía tenso con los ojos como platos y las orejas levantadas mirando a la nada. Entonces se deja de escuchar el motor del coche del veterinario en la lejanía, da un profundo suspiro de alivio y se relaja ipso facto.
El herrador y yo muertos de risa.
Una anécdota divertida es la de el caballo de mi foto, que no soporta al veterinario, lo odia, y un día estábamos con el herrador recortándole los cascos mientras el vete estaba entretenido haciendo otras cosas con los otros caballos.
El tío no le quitaba los ojos de encima al veterinario un solo segundo, tenso como una piedra, hasta el punto que le estaba dando más trabajo al herrador de la cuenta.
El veterinario se va finalmente, pero mi caballo seguía tenso con los ojos como platos y las orejas levantadas mirando a la nada. Entonces se deja de escuchar el motor del coche del veterinario en la lejanía, da un profundo suspiro de alivio y se relaja ipso facto.
El herrador y yo muertos de risa.