Créeme que no Amazona... pero es con el aire con el que me siento más unida a la yegua. Es como más dulce... muy armonioso, y te mantienes en contínuo contacto con el caballo.
El galope también, pero por la forma del aire, es como si no fuera tan regular... no tuviera tanta armonía. Ai, no sé como explicarlo jeje