Hola amigos, qué tal? soy cristina una chica asturiana, tengo 23 años, hace muchísimo tiempo que no escribo nada aquí, antes venía muy amenudo, pero dejé de escribir porque me pasaron un montón de cosas malas en este mundillo de los caballos y decidé alejarme de todo esto durante un tiempo.
Quizá alguno recuerde mi historia, me vendieron un caballo con una enfermedad degenerativa (enfermedad navicular) al principio quise quedarme con él de todas maneras, era una cuestión de principios, luego, despues de mucho pensar y mucho llorar tomé la decisión de devolverlo a quien me lo había vendido, y con todo el dolor de mi corazón le abandoné a su suerte.
Pues bien, hasta aquí os lo había contado todo, lo que no sabeis es que al mes y medio el mismo tipo me trajo a "Voltaire" un potro ruano, entero de dos años y medio, llegó en camión desde Andalucía, claramente había sido maniatado porq tenía unas heridas tremendas en las manos, estaba en los huesos y lleno de mordiscos por el lomo y la grupa de otros caballos, me lo quedé, porque era, a pesar de todo, muy hermoso, enseguida nos pusimos manos a la obra, empezó a engordar, exámenes veterinarios, y a domar.
Trabajé muy duro por sacar adelante a ese potro testaduro, me pegué un monton de leches increibles, la más gorda fue cuando lo saqué de paseo y se me levantó de manos hasta caerme encima (viva y magullada de milagro jeje), pero el trabajo dió sus frutos y en dos meses aquel caballo había cambiado mucho.
Organizamos la primera excursión a Espinareu (un pueblo precioso de Asturias) la noche antes no pude dormir, todo fue genial, se portó durante todo el fin de semana como un campeon, y a la mañana siguiente, apareció muerto, en 8 horas enfermó y se murió.
Y ni yo ni veterinarios ni nadie sabe qué coño pudo ser lo que le mató.
O sea que yo me undí en la más absoluta miseria, y es el día de hoy que han pasado ya cuatro meses y no consigo entenderlo, no me lo creo.
Así que decidí alejarme un poco de todo lo que tuviese que ver con caballos para pensar y renovar fuerzas, pero lo único que he conseguido es echarles de menos, eso sí la vida me ha dado un duro golpe donde más podía dolerme y aunque me haya tirado el sueño abajo en dos ocasiones, sólo Dios sabe las ganas que me quedan aún de estar entre caballos... y esta semana he estado ya pensando en comprarme otro y empezar de cero, jejejej...
Y por supuesto pienso venir por aqui todo lo que pueda. Un beso
Quizá alguno recuerde mi historia, me vendieron un caballo con una enfermedad degenerativa (enfermedad navicular) al principio quise quedarme con él de todas maneras, era una cuestión de principios, luego, despues de mucho pensar y mucho llorar tomé la decisión de devolverlo a quien me lo había vendido, y con todo el dolor de mi corazón le abandoné a su suerte.
Pues bien, hasta aquí os lo había contado todo, lo que no sabeis es que al mes y medio el mismo tipo me trajo a "Voltaire" un potro ruano, entero de dos años y medio, llegó en camión desde Andalucía, claramente había sido maniatado porq tenía unas heridas tremendas en las manos, estaba en los huesos y lleno de mordiscos por el lomo y la grupa de otros caballos, me lo quedé, porque era, a pesar de todo, muy hermoso, enseguida nos pusimos manos a la obra, empezó a engordar, exámenes veterinarios, y a domar.
Trabajé muy duro por sacar adelante a ese potro testaduro, me pegué un monton de leches increibles, la más gorda fue cuando lo saqué de paseo y se me levantó de manos hasta caerme encima (viva y magullada de milagro jeje), pero el trabajo dió sus frutos y en dos meses aquel caballo había cambiado mucho.
Organizamos la primera excursión a Espinareu (un pueblo precioso de Asturias) la noche antes no pude dormir, todo fue genial, se portó durante todo el fin de semana como un campeon, y a la mañana siguiente, apareció muerto, en 8 horas enfermó y se murió.
Y ni yo ni veterinarios ni nadie sabe qué coño pudo ser lo que le mató.
O sea que yo me undí en la más absoluta miseria, y es el día de hoy que han pasado ya cuatro meses y no consigo entenderlo, no me lo creo.
Así que decidí alejarme un poco de todo lo que tuviese que ver con caballos para pensar y renovar fuerzas, pero lo único que he conseguido es echarles de menos, eso sí la vida me ha dado un duro golpe donde más podía dolerme y aunque me haya tirado el sueño abajo en dos ocasiones, sólo Dios sabe las ganas que me quedan aún de estar entre caballos... y esta semana he estado ya pensando en comprarme otro y empezar de cero, jejejej...
Y por supuesto pienso venir por aqui todo lo que pueda. Un beso