Hola gente!
Espero no espantaros con esta reflexión, es que volvía hoy a casa con el coche cuando me cruzé casualmente con un vecino del cortijo de al lado y me causó gran admiración. Iba el hombre con el brazo izquierdo escayolado, sin embargo se montó a pelo con una gracia y una habilidad que no tendría yo ni para subirme a mi propia cama ..., la yegüita con su cabezón de cuadra nada más, él con su atavío normal, con alpargatas, sin protección de ningún tipo, y como detalle con su pequeño acompañándole. "Vaya", pensé mientras le seguía observando por el espejo retrovisor, tenía más control del caballo que yo de mi coche, llevaba una sonrisa en los labios que iluminaba su rostro más que el sol que se ponía detrás de las nubes y las montañas. Que envidia me dió, envidia sana y cuanta admiración.
Por eso quería desde aquí enviar mis respetos hacia todos aquellos hombres (y mujeres, claro) que pasan su vida a caballo, llevando al ganado, que no se preocupan de formalidades ni de estilos, pero que hacen el día a día de esta disciplina que tanto admiramos.
Un saludo,
Laura
Espero no espantaros con esta reflexión, es que volvía hoy a casa con el coche cuando me cruzé casualmente con un vecino del cortijo de al lado y me causó gran admiración. Iba el hombre con el brazo izquierdo escayolado, sin embargo se montó a pelo con una gracia y una habilidad que no tendría yo ni para subirme a mi propia cama ..., la yegüita con su cabezón de cuadra nada más, él con su atavío normal, con alpargatas, sin protección de ningún tipo, y como detalle con su pequeño acompañándole. "Vaya", pensé mientras le seguía observando por el espejo retrovisor, tenía más control del caballo que yo de mi coche, llevaba una sonrisa en los labios que iluminaba su rostro más que el sol que se ponía detrás de las nubes y las montañas. Que envidia me dió, envidia sana y cuanta admiración.
Por eso quería desde aquí enviar mis respetos hacia todos aquellos hombres (y mujeres, claro) que pasan su vida a caballo, llevando al ganado, que no se preocupan de formalidades ni de estilos, pero que hacen el día a día de esta disciplina que tanto admiramos.
Un saludo,
Laura