Por supuesto que hay caballos que funcionan mejor con unas personas que con otras, pero eso de que si les dan lo que necesitan, no sufren digamos un trauma por el cambio no lo comparto.
Os contaré algo, ya sabéis que he tenido varios caballos, pues a pesar de que con cada uno he tenido una relación diferente, nunca he llegado todavía a encontrar uno con el que tuviera el feeling que tuve con mi primer caballo.
Era el típico listo, abrepuertas, escapista, hasta llegaba abrir su puerta, la de su mejor amigo y la del prado. Avispadillo para todo y cuando estaba en la hípica con otro caballo, era el que no paraba de pegar patadas. Bueno pues yo era una cría, y cuando mi padre lo compraron le dijo todo el mundo que si estaba loco, que me iba a matar, incluso un veterinario con muchos años en su profesión, tuvo que tratarle en cierta ocasión y al tercer día de ir no se creía que el caballo lo montara una niña, que dicho sera de paso no tenía ni pajolera idea de montar. Así cuando el caballo estuvo re4cuperado incluso se desplazó a mi ciudad sólo por cverlo montado. Y reconoció que nunca había visto nada igual.
Incluso cuando el estaba suelto con más caballos tengo fotos de el puesto de mano delante de dos caballos y yo a su lado porque no los dejaba acercarse.
Otra cosa más, nunca jamás tuvo un mal gesto hacia a mi.
Os sonará a película pero os aseguro que es cierto y además murió conmigo.