REFLEXIONES SOBRE EL PASO EN DOMA VAQUERA
La definición de este aire, la podríamos resumir como de un movimiento marchado en el cual las extremidades del caballo siguen una detrás de otra en “cuatro tiempos” bien marcados y sostenidos. Cuando las batidas del anterior y posterior de un mismo lado se acercan, el paso tiende a convertirse en un movimiento lateral, lateralizando el mismo y alejándose de un buen desarrollo. Esta irregularidad, que puede llegar a la ambladura es un perfecto enemigo del aire del paso. Es este aire donde con mejor precisión se muestran las imperfecciones de la doma. Esta es la razón por la cual no se puede pedir a un caballo al paso estar en “la puesta en la mano” nada más que en función de su grado de entrenamiento y soltura. Una reunión demasiado prematura altera todas las variantes de este aire.
Por ser un aire fundamental de la Doma Vaquera, el caballo debe ir acompasado moviendo el mosquero, con impulsión y franqueza. Hay que exigir del jinete que muestre como anda su caballo, tanto en la línea recta como en círculo. En la actualidad, se puede comprobar como en pista, no se dejan ver los caballos mostrar su paso, simplemente ejecutan los movimientos que en este aire exige la hoja de trabajo sin que aprovechando los largos de pista el jinete muestre con total transparencia cual seal el alcance del paso de su cabalgadura. Dudosamente un caballo que ande mal, podrá realizar los ejercicios al paso de una forma correcta y por tanto, le será casi imposible obtener una buena nota en su hoja de clasificación. En la pista de competición, se diferencian claramente aquellos caballos que andan a la vaquera de los que son incapaces de ejercitar este aire característico en nuestra doma, con corrección. Los primeros cumplen con todos y cada uno de los caracteres que la definen, los segundos solo marcan, a veces dificultosamente, los tiempos de ese aire olvidando la impulsión, franqueza, regularidad, ritmo....
Se debe primar la sumisión por encima de la colocación, sin que esto venga a decirnos que en ningún momento debamos olvidarnos de la colocación, pero sin que este último término, sea el único a conseguir. Especialmente en los inicios de la adaptación del caballo a su novedosa actividad, pienso que el caballo no debe tener oposición a marchar hacia delante, se debe dar la máxima libertad a sus ganas de evolucionar hacia delante, olvidando un poco la colocación de su tercio anterior, que se verá corregida tras consolidar este aire de paso.
Los movimientos realizados al paso con “aire vaquero” , círculos, apoyos, pasos de costado, piruetas directas e inversas, paso atrás, medias vueltas: podrán tener mayor o menor calidad, pero si no se hacen dominando y mandando en el caballo, con regularidad, ritmo, demostrando la sumisión de éste, con espontaneidad, sin repetición y monotonía, no serán genuinos de esta disciplina.
La impulsión, ritmo, colocación y franqueza definen este aire de una forma tradicional, por lo que todo caballo que se presente en competición debe estar altamente sobrado de estos principios ecuestres.
Hoy por hoy, la mayoría de los caballos en competición, no tienen un buen paso, están generalmente faltos de impulsión, de cadencia y difícilmente alcanzan las huellas de los posteriores a las de los anteriores. Se limitan a deambular por las pistas sin mostrar este aire tan genuino de nuestra disciplina. Pienso que, aparte de que funcionalmente exista una limitación del caballo, generalmente este defecto se debe a su precipitación y aligeramiento en su proceso de doma.
Este aire ha ido evolucionando en su técnica con el paso de los tiempos, gracias a la adaptación de la mayoría de jinetes, hacia un método racional de doma proyectado a este tipo de monta.
Como ejemplo del desarrollo en pista de un buen aire de paso, entre otros, recuerdo la Yegua Espléndida, bajo la magistral mano de Rafael Román Postigo así como el P.S.I. del varias veces Campeón de España, Francisco Díaz Rodríguez, de nombre " Israel". Mas recientemente, no debemos olvidar a "Látigo" de Gonzalo Corrales, el P.R.á del impúber Álvaro Múgica, "Felán" y otros más que haría interminable este artículo. Estos son algunos de los caballos vaqueros que mas se han acercado a la perfección del buen andar al paso en Vaquera.
La definición de este aire, la podríamos resumir como de un movimiento marchado en el cual las extremidades del caballo siguen una detrás de otra en “cuatro tiempos” bien marcados y sostenidos. Cuando las batidas del anterior y posterior de un mismo lado se acercan, el paso tiende a convertirse en un movimiento lateral, lateralizando el mismo y alejándose de un buen desarrollo. Esta irregularidad, que puede llegar a la ambladura es un perfecto enemigo del aire del paso. Es este aire donde con mejor precisión se muestran las imperfecciones de la doma. Esta es la razón por la cual no se puede pedir a un caballo al paso estar en “la puesta en la mano” nada más que en función de su grado de entrenamiento y soltura. Una reunión demasiado prematura altera todas las variantes de este aire.
Por ser un aire fundamental de la Doma Vaquera, el caballo debe ir acompasado moviendo el mosquero, con impulsión y franqueza. Hay que exigir del jinete que muestre como anda su caballo, tanto en la línea recta como en círculo. En la actualidad, se puede comprobar como en pista, no se dejan ver los caballos mostrar su paso, simplemente ejecutan los movimientos que en este aire exige la hoja de trabajo sin que aprovechando los largos de pista el jinete muestre con total transparencia cual seal el alcance del paso de su cabalgadura. Dudosamente un caballo que ande mal, podrá realizar los ejercicios al paso de una forma correcta y por tanto, le será casi imposible obtener una buena nota en su hoja de clasificación. En la pista de competición, se diferencian claramente aquellos caballos que andan a la vaquera de los que son incapaces de ejercitar este aire característico en nuestra doma, con corrección. Los primeros cumplen con todos y cada uno de los caracteres que la definen, los segundos solo marcan, a veces dificultosamente, los tiempos de ese aire olvidando la impulsión, franqueza, regularidad, ritmo....
Se debe primar la sumisión por encima de la colocación, sin que esto venga a decirnos que en ningún momento debamos olvidarnos de la colocación, pero sin que este último término, sea el único a conseguir. Especialmente en los inicios de la adaptación del caballo a su novedosa actividad, pienso que el caballo no debe tener oposición a marchar hacia delante, se debe dar la máxima libertad a sus ganas de evolucionar hacia delante, olvidando un poco la colocación de su tercio anterior, que se verá corregida tras consolidar este aire de paso.
Los movimientos realizados al paso con “aire vaquero” , círculos, apoyos, pasos de costado, piruetas directas e inversas, paso atrás, medias vueltas: podrán tener mayor o menor calidad, pero si no se hacen dominando y mandando en el caballo, con regularidad, ritmo, demostrando la sumisión de éste, con espontaneidad, sin repetición y monotonía, no serán genuinos de esta disciplina.
La impulsión, ritmo, colocación y franqueza definen este aire de una forma tradicional, por lo que todo caballo que se presente en competición debe estar altamente sobrado de estos principios ecuestres.
Hoy por hoy, la mayoría de los caballos en competición, no tienen un buen paso, están generalmente faltos de impulsión, de cadencia y difícilmente alcanzan las huellas de los posteriores a las de los anteriores. Se limitan a deambular por las pistas sin mostrar este aire tan genuino de nuestra disciplina. Pienso que, aparte de que funcionalmente exista una limitación del caballo, generalmente este defecto se debe a su precipitación y aligeramiento en su proceso de doma.
Este aire ha ido evolucionando en su técnica con el paso de los tiempos, gracias a la adaptación de la mayoría de jinetes, hacia un método racional de doma proyectado a este tipo de monta.
Como ejemplo del desarrollo en pista de un buen aire de paso, entre otros, recuerdo la Yegua Espléndida, bajo la magistral mano de Rafael Román Postigo así como el P.S.I. del varias veces Campeón de España, Francisco Díaz Rodríguez, de nombre " Israel". Mas recientemente, no debemos olvidar a "Látigo" de Gonzalo Corrales, el P.R.á del impúber Álvaro Múgica, "Felán" y otros más que haría interminable este artículo. Estos son algunos de los caballos vaqueros que mas se han acercado a la perfección del buen andar al paso en Vaquera.