Reholas a todos; espero que hayáis pasado un buen verano, o que al menos disfruteis de lo poco que queda.
¿Os acordais de Duende y su problema a la hora de quitarle el bocado? Bueno, por suerte esto está solucionado, o al menos lo parece (no bajo la guardia). Sin embargo, en cuanto ha mejorado en ese sentido, ha empezado a resistirse con lo contrario, es decir, no se deja poner la cabezada de trabajo. Me recomendaron que frotase manzana en el hierro, y la primera vez dio resultado; pero el bicho es bastante inteligente y ese truco ya se lo ha apuntado (casi consigo que le dejen de gustar las manzanas). No es por falta de ganas de trabajar, puesto que se deja ensillar sin ningún problema, y sale con muchas ganas.
En cuanto me ve con intención de ponerle el pelham, sube la cabeza todo lo que puede; cuando consigo bajársela un poco, él la baja hasta rozar el suelo (literalmente), para después dar un cabezazo hacia arriba en cuanto le acerco el hierro a la boca. Puedo ponerme bruta, pero la verdad es que prefiero parar un momento y preguntarme (y preguntaros):
- ¿Qué puedo estar haciendo mal?
- ¿Es posible que me esté tomando el pelo descaradamente?
- ¿Pruebo ahora con la zanahoria y hago un rotatorio de frutas? (esto no me parece la solución definitiva).
- ¿Le ha ocurrido esto a alguien? ¿Cómo puedo solucionarlo?.
Os recuerdo que Duende usa un pelham grueso partido, que es el que utilizaban con él antes de que yo me lo quedara; y que cuando trabaja, no se resiste habitualmente, espumea bastante y responde bien a leves ayudas de manos.
Gracias de antemano por las respuestas. Timón, ¿estás por ahí?.
Un saludo.
¿Os acordais de Duende y su problema a la hora de quitarle el bocado? Bueno, por suerte esto está solucionado, o al menos lo parece (no bajo la guardia). Sin embargo, en cuanto ha mejorado en ese sentido, ha empezado a resistirse con lo contrario, es decir, no se deja poner la cabezada de trabajo. Me recomendaron que frotase manzana en el hierro, y la primera vez dio resultado; pero el bicho es bastante inteligente y ese truco ya se lo ha apuntado (casi consigo que le dejen de gustar las manzanas). No es por falta de ganas de trabajar, puesto que se deja ensillar sin ningún problema, y sale con muchas ganas.
En cuanto me ve con intención de ponerle el pelham, sube la cabeza todo lo que puede; cuando consigo bajársela un poco, él la baja hasta rozar el suelo (literalmente), para después dar un cabezazo hacia arriba en cuanto le acerco el hierro a la boca. Puedo ponerme bruta, pero la verdad es que prefiero parar un momento y preguntarme (y preguntaros):
- ¿Qué puedo estar haciendo mal?
- ¿Es posible que me esté tomando el pelo descaradamente?
- ¿Pruebo ahora con la zanahoria y hago un rotatorio de frutas? (esto no me parece la solución definitiva).
- ¿Le ha ocurrido esto a alguien? ¿Cómo puedo solucionarlo?.
Os recuerdo que Duende usa un pelham grueso partido, que es el que utilizaban con él antes de que yo me lo quedara; y que cuando trabaja, no se resiste habitualmente, espumea bastante y responde bien a leves ayudas de manos.
Gracias de antemano por las respuestas. Timón, ¿estás por ahí?.
Un saludo.