Buenos dias foreros:
Muchos de vosotros habeis sufido la perdida de "vuestro" caballo y conoceis el sabor amargo de la pena negra...A este respecto copio y pego un trozo de un magínifico artículo del maestro Antonio Burgos en homenaje a D. Manuel Halcon , que me ha llegado al alma por su lealtad y su campera honestidad...
"Y en aquel invierno me encontré un día a don Manuel que entraba en el Hotel Alfonso XIII con su breve sombrero flexible de fieltro verde, con su traje de franela gris, calzando bajo los pantalones tan de hombre unos botos camperos. Bromeamos:
--Compadre, usted siempre parece salido de sus novelas...
Y me contó la historia de aquel dolor. Como todas la primeras mañanas de su reencuentro con Sevilla, había ido al campo. Manuel Halcón en el campo andaluz: venid, pintores a pintar el cuadro. Había llegado al cortijo y con esos andares tan jirochos que no encorvaron los años y que a muchas hembras enamoraron, se fue derecho para los boxes, pero no estaba su caballo. Su caballo había muerto, de viejo, y nadie en el cortijo ni en la familia se había atrevido a dar la noticia a don Manuel. Y había una profunda pena en aquel gran señor del campo de Andalucía y de la literatura de su tierra, cuando entre bromas le señalé los botos de montar sobre las alfombras del Hotel Alfonso XIII, y me dijo:
--Es que le estoy guardando tres días de luto a mi caballo..."
!!óle!!
P.d
Todavia no he podido limpiar su cabezada, que aun mantiene su olor, y su compás en el mosquero...y la pena negra no se quita....
saludos a todos.
Muchos de vosotros habeis sufido la perdida de "vuestro" caballo y conoceis el sabor amargo de la pena negra...A este respecto copio y pego un trozo de un magínifico artículo del maestro Antonio Burgos en homenaje a D. Manuel Halcon , que me ha llegado al alma por su lealtad y su campera honestidad...
"Y en aquel invierno me encontré un día a don Manuel que entraba en el Hotel Alfonso XIII con su breve sombrero flexible de fieltro verde, con su traje de franela gris, calzando bajo los pantalones tan de hombre unos botos camperos. Bromeamos:
--Compadre, usted siempre parece salido de sus novelas...
Y me contó la historia de aquel dolor. Como todas la primeras mañanas de su reencuentro con Sevilla, había ido al campo. Manuel Halcón en el campo andaluz: venid, pintores a pintar el cuadro. Había llegado al cortijo y con esos andares tan jirochos que no encorvaron los años y que a muchas hembras enamoraron, se fue derecho para los boxes, pero no estaba su caballo. Su caballo había muerto, de viejo, y nadie en el cortijo ni en la familia se había atrevido a dar la noticia a don Manuel. Y había una profunda pena en aquel gran señor del campo de Andalucía y de la literatura de su tierra, cuando entre bromas le señalé los botos de montar sobre las alfombras del Hotel Alfonso XIII, y me dijo:
--Es que le estoy guardando tres días de luto a mi caballo..."
!!óle!!
P.d
Todavia no he podido limpiar su cabezada, que aun mantiene su olor, y su compás en el mosquero...y la pena negra no se quita....
saludos a todos.