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El caballo es un herbívoro monogástrico, es decir, un animal que se alimenta de plantas y que solo cuenta con un único estómago glandular. Más específicamente podríamos decir que el caballo es un herbívoro que se alimenta principalmente de pastos. Ahora bien, los pastos tienen una serie de características que los hacen relativamente difíciles de digerir, a lo que la anatomía del caballo ha respondido a lo largo de sus miles de años de evolución.
El caballo cuenta con labios sumamente sensibles y prensiles, que le ayudan a seleccionar el pasto que debe consumir. Es muy común observar que un caballo se desplace de forma aparentemente errática mientras pasta en un potrero. En realidad el animal no se está desplazando de manera “errática”, sino que está seleccionando cuidadosamente qué pasto consume. El caballo tiene una capacidad de selección de su alimento que resulta sencillamente sorprendente. Por desgracia, en sistemas de estabulación (caballos en cuadra) la maravillosa capacidad de selección se ve abruptamente cortada. En una cuadra el caballo cuenta con la única opción de comer el pasto que se le ofrezca, independientemente de la calidad y palatabilidad de este. Por esta razón es responsabilidad nuestra el ofrecerle al caballo los mejores pastos posibles, dentro de las características de madurez, lignificación, y palatabilidad que resulten mejores para el equino.
Una alternativa a los pastos de corta, aunque proporcionalmente más cara, es el uso de pacas. Las pacas ofrecen al caballo una fuente de fibra, y la proporción de materia seca es mayor, por lo que el alimento se aprovecha más. El problema resulta ser que al tener una mayor proporción de materia seca la cantidad de alimento que se ofrece es proporcionalmente menor a si se tratara de pastos verdes y el caballo acabará su comida antes. Aquí el problema ya no sería la nutrición del animal, sino que el tiempo que un caballo dedica a comer compone la mayor parte su día, y sin alimento en su cuadra el animal se aburrirá pronto, lo que puede conducir a la adquisición de vicios de cuadra.
Anatómicamente hablando, el caballo con dientes incisivos que le permiten cortar el pasto y con premolares y molares que le permiten molerlo antes de tragarlo. Como es lógico, una buena salud dental es indispensable para que el caballo se alimente correctamente. La presencia de odontofitos, o picos en las muelas, dificultará el proceso de masticación del alimento y por ende tendrá un efecto directo sobre la capacidad del caballo de aprovechar lo que come. Si un caballo come las raciones adecuadas, no presenta parásitos gastrointestinales, y aun así pierde peso, es muy probable que el problema se encuentre en su boca, donde los molares y premolares podrían no estar haciendo bien su trabajo.
El estómago glandular del caballo es relativamente pequeño por lo que la mayor parte de la de la digestión depende de sus intestinos y especialmente del ciego, una especie de saco en la primera porción del intestino grueso, donde se produce la fermentación de la fibra.
Hay una serie de reglas que debemos tener en cuenta respecto a la alimentación del caballo:
Nunca se debe cambiar la dieta del animal de forma repentina. Es preferible que los cambios se hagan de manera progresiva para evitar que el sistema digestivo sufra y que se produzcan cólicos.
Los concentrados nunca deben remplazar el uso de pastos o pacas. Un caballo que consuma solamente concentrados tendrá un alto riesgo de sufrir de laminitis, cólicos y otras enfermedades relacionadas con la nutrición.
Comer es estimulante para el caballo. Es preferible dosificar las comidas de manera que se alimente al caballo como mínimo 2 veces al día. En estado natural, el caballo come de manera prácticamente constante. Ofrecerle 3 o más comidas al día, en raciones razonables, le ofrecerá al caballo una mejor salud mental y digestiva.
Es bueno que las comidas se ofrezcan en horarios específicos. Cumplir con un horario de comidas le ayuda al caballo a mantener una buena salud digestiva. De la misma manera, si se cambia repentinamente los horarios de comidas el animal sufrirá las consecuencias.
El caballo necesita tener agua disponible a libertad. El agua es algo que nunca debe faltar para el caballo, tanto en calidad como en cantidad. El caballo tomará la que necesite a lo largo del día, por lo que esta nunca debe faltar. Además, es importante que el agua este limpia. Si el agua está demasiado sucia como para que usted tome de ella entonces también estará demasiado sucia como para que el caballo tome de ella.
Si alimenta al caballo con pacas procure que estas estén limpias y secas. La presencia de moho en las pacas es muy peligrosa, pues puede provocar cólicos y otras afecciones digestivas.
Evite que la comida entre en contacto con las heces del caballo. El uso de comederos es recomendable. Aunque el caballo en la naturaleza tome su alimento del suelo, en la cuadra es preferible que lo haga desde un comedero elevado. Esto es así, entre otras razones, para evitar que la comida se contamine con parásitos que pueden estar presentes en las heces del caballo.
La nutrición del equino es un tema amplio e importante, por lo que esperamos referirnos a él, con más detalle, en un artículo dedicado exclusivamente a la nutrición equina.
fuente: ociocaballo
El caballo cuenta con labios sumamente sensibles y prensiles, que le ayudan a seleccionar el pasto que debe consumir. Es muy común observar que un caballo se desplace de forma aparentemente errática mientras pasta en un potrero. En realidad el animal no se está desplazando de manera “errática”, sino que está seleccionando cuidadosamente qué pasto consume. El caballo tiene una capacidad de selección de su alimento que resulta sencillamente sorprendente. Por desgracia, en sistemas de estabulación (caballos en cuadra) la maravillosa capacidad de selección se ve abruptamente cortada. En una cuadra el caballo cuenta con la única opción de comer el pasto que se le ofrezca, independientemente de la calidad y palatabilidad de este. Por esta razón es responsabilidad nuestra el ofrecerle al caballo los mejores pastos posibles, dentro de las características de madurez, lignificación, y palatabilidad que resulten mejores para el equino.
Una alternativa a los pastos de corta, aunque proporcionalmente más cara, es el uso de pacas. Las pacas ofrecen al caballo una fuente de fibra, y la proporción de materia seca es mayor, por lo que el alimento se aprovecha más. El problema resulta ser que al tener una mayor proporción de materia seca la cantidad de alimento que se ofrece es proporcionalmente menor a si se tratara de pastos verdes y el caballo acabará su comida antes. Aquí el problema ya no sería la nutrición del animal, sino que el tiempo que un caballo dedica a comer compone la mayor parte su día, y sin alimento en su cuadra el animal se aburrirá pronto, lo que puede conducir a la adquisición de vicios de cuadra.
Anatómicamente hablando, el caballo con dientes incisivos que le permiten cortar el pasto y con premolares y molares que le permiten molerlo antes de tragarlo. Como es lógico, una buena salud dental es indispensable para que el caballo se alimente correctamente. La presencia de odontofitos, o picos en las muelas, dificultará el proceso de masticación del alimento y por ende tendrá un efecto directo sobre la capacidad del caballo de aprovechar lo que come. Si un caballo come las raciones adecuadas, no presenta parásitos gastrointestinales, y aun así pierde peso, es muy probable que el problema se encuentre en su boca, donde los molares y premolares podrían no estar haciendo bien su trabajo.
El estómago glandular del caballo es relativamente pequeño por lo que la mayor parte de la de la digestión depende de sus intestinos y especialmente del ciego, una especie de saco en la primera porción del intestino grueso, donde se produce la fermentación de la fibra.
Hay una serie de reglas que debemos tener en cuenta respecto a la alimentación del caballo:
Nunca se debe cambiar la dieta del animal de forma repentina. Es preferible que los cambios se hagan de manera progresiva para evitar que el sistema digestivo sufra y que se produzcan cólicos.
Los concentrados nunca deben remplazar el uso de pastos o pacas. Un caballo que consuma solamente concentrados tendrá un alto riesgo de sufrir de laminitis, cólicos y otras enfermedades relacionadas con la nutrición.
Comer es estimulante para el caballo. Es preferible dosificar las comidas de manera que se alimente al caballo como mínimo 2 veces al día. En estado natural, el caballo come de manera prácticamente constante. Ofrecerle 3 o más comidas al día, en raciones razonables, le ofrecerá al caballo una mejor salud mental y digestiva.
Es bueno que las comidas se ofrezcan en horarios específicos. Cumplir con un horario de comidas le ayuda al caballo a mantener una buena salud digestiva. De la misma manera, si se cambia repentinamente los horarios de comidas el animal sufrirá las consecuencias.
El caballo necesita tener agua disponible a libertad. El agua es algo que nunca debe faltar para el caballo, tanto en calidad como en cantidad. El caballo tomará la que necesite a lo largo del día, por lo que esta nunca debe faltar. Además, es importante que el agua este limpia. Si el agua está demasiado sucia como para que usted tome de ella entonces también estará demasiado sucia como para que el caballo tome de ella.
Si alimenta al caballo con pacas procure que estas estén limpias y secas. La presencia de moho en las pacas es muy peligrosa, pues puede provocar cólicos y otras afecciones digestivas.
Evite que la comida entre en contacto con las heces del caballo. El uso de comederos es recomendable. Aunque el caballo en la naturaleza tome su alimento del suelo, en la cuadra es preferible que lo haga desde un comedero elevado. Esto es así, entre otras razones, para evitar que la comida se contamine con parásitos que pueden estar presentes en las heces del caballo.
La nutrición del equino es un tema amplio e importante, por lo que esperamos referirnos a él, con más detalle, en un artículo dedicado exclusivamente a la nutrición equina.
fuente: ociocaballo