No es un jinete conocido en la alta competición. Es uno de los muchos jinetes que pululan por el mundo de la vaquera intentando hacerse un hueco en ella. Es una persona que no tiene tradición familiar en este mundo pero que no puede vivir sin los caballos, de los que ha hecho su profesión. Empezó limpiando boxes para que le dejaran montar un caballo y ahora está montando su propio picaero. Es una persona que respira equitación por los cuatro costados y cuyos maestros han sido todos y cada uno de los caballos en que se ha montado en la vida además de todos los jinetes que se han arrimado a él.
Cuando empecé a adentrarme en este mundo fue como su ayudante. Ayudante de un chaval de 18 años que llevaba desde los 10 desbravando caballos. Hoy leo el libro de Podahjsky y veo que en los 9 años que llevamos conociendonos hemos llegado a las mismas conclusiones que este gran maestro trabajando dia a dia y haciendo una monta reflexiva. Ahora me ayuda desde abajo a rematar la doma de mi yegua y el otro día le comenté las bondades del libro de la equitación clasica. Hablando de las riendas alemanas a las que el maestro austríaco se refiere como una ayuda para mantener una cualidad y nunca para obtenerla, me argumentó con su lenguaje callejero: "el jinete es fundamental. Yo podría ponerme dos cuchillos en vez de espuelas pero en mi pierna está el que no dañe al caballo". Con esto se refería a la dureza de dichas riendas y al hecho de que es el jinete quien las hace duras. Insistiéndole le dije que si esa no era una postura incomoda para el caballo a lo que me respondió que lo que en realidad era incómodo era un dorso "al revés", es decir, ahuecado, recalcando en todo momento que el que va arriba es el que tiene que ser capaz de controlar lo que puede o no puede tolerar el animal. Este es un ejemplo de la sabiduría ecuestre que tiene esta persona aún anónima para el público, una persona que al pasar los años ha desarrollado un método basado en la impulsión y la monta hacia delante como base para la doma vaquera con lo que consigue unos caballos con mucha ligereza en los anteriores. Si Dios quiere algún día buscaré este post y podré decir que ha sido reconocido su esfuerzo en la competición(sus clientes ya lo reconocen) y hasta entonces seguiré disfrutando de las lecciones individuales que este filósofo de la equitación me brinda afortunadamente para mí y para mi sufrida yegua que tiene que aguantarme.
Cuando empecé a adentrarme en este mundo fue como su ayudante. Ayudante de un chaval de 18 años que llevaba desde los 10 desbravando caballos. Hoy leo el libro de Podahjsky y veo que en los 9 años que llevamos conociendonos hemos llegado a las mismas conclusiones que este gran maestro trabajando dia a dia y haciendo una monta reflexiva. Ahora me ayuda desde abajo a rematar la doma de mi yegua y el otro día le comenté las bondades del libro de la equitación clasica. Hablando de las riendas alemanas a las que el maestro austríaco se refiere como una ayuda para mantener una cualidad y nunca para obtenerla, me argumentó con su lenguaje callejero: "el jinete es fundamental. Yo podría ponerme dos cuchillos en vez de espuelas pero en mi pierna está el que no dañe al caballo". Con esto se refería a la dureza de dichas riendas y al hecho de que es el jinete quien las hace duras. Insistiéndole le dije que si esa no era una postura incomoda para el caballo a lo que me respondió que lo que en realidad era incómodo era un dorso "al revés", es decir, ahuecado, recalcando en todo momento que el que va arriba es el que tiene que ser capaz de controlar lo que puede o no puede tolerar el animal. Este es un ejemplo de la sabiduría ecuestre que tiene esta persona aún anónima para el público, una persona que al pasar los años ha desarrollado un método basado en la impulsión y la monta hacia delante como base para la doma vaquera con lo que consigue unos caballos con mucha ligereza en los anteriores. Si Dios quiere algún día buscaré este post y podré decir que ha sido reconocido su esfuerzo en la competición(sus clientes ya lo reconocen) y hasta entonces seguiré disfrutando de las lecciones individuales que este filósofo de la equitación me brinda afortunadamente para mí y para mi sufrida yegua que tiene que aguantarme.