Hola, foreros:
Os voy a contar una experiencia personal. Espero no aburriros. El otro día tuve la ocasión de chatear con un sevillano que decía hacer Doma Vaquera. Me gustaría poder pasaros el registro de la conversación, para que comprobarais que no exagero, pero me parece una falta de respeto (que no merecería ese señor) así que mejor os lo cuento como eso, como una experiencia mía.
El caso es que empiezo a hablar con alguien que dice ser de Sevilla y practicar la equitación desde hace unos cuatro años. Me sorprende que una de las primeras cosas que me pregunta es "qué castigos utilizo", y pareció sorprenderse cuando le dije que ninguno, que a veces llevo fusta de doma pero prácticamente de adorno. Entonces empezó a contarme su forma de montar, confesándome que desde el principio se acostumbró a llevar espuelas y fusta, y que así iba más cómodo. Me dijo que "le picaba mucho al caballo", que "era una adicción", etc. Cuando le comenté que no entendía tanto castigo gratuito, me dijo que a veces iba con conocidos que tenían otros caballos, y que "era un palo" que a las 4 horas de estar montando, el caballo se rezagase.
No sé si fue entonces cuando le pregunté si hacía Doma Vaquera. Se justificó diciendo que allí en el sur "se monta muy duro".
Entre otras cosas, me contó que montando usa también tralla, o fusta de dar cuerda... ¿Pero montando se puede usar eso? Y que con ella en ocasiones le producía rozaduras a su caballo españolito; y que, también de vez en cuando, hacía le sangrar los costados por el uso de las espuelas. Recuerdo que le pregunté si no le daba vergüenza ver luego esas heridas, y simplemente me dijo que, cuando sangraba, sencillamente le "picaba más atrás".
Otras cosas que me comentó fueron las típicas de "todos los caballos sufren en mayor o menor medida", "él está para mi disfrute", o mi favorita; "yo estoy antes que el animal", a lo que me tuve que morder los dedos para no contestarle; "¿pero quién es el animal?".
Intenté explicarle, de la mejor manera que sabía, que seguramente le estaba provocando sufriemiento al caballo, y que ponía en peligro su salud haciendole trabajar todo el día sin estar entrenado para ello. No hubo manera; "a mí me gusta como monto, voy muy cómodo usando los castigos".
Incluso me comentó que en alguna ocasión había usado una "picana", y que su uso es muy común en el sur. Yo no sabía todavía que eso de la "picana" es un aparatito que sirve para dar descargas eléctricas a las vacas, para "arrearlas". Me dijo que eso no le gustaba, porque "no le gustaba lo de darle a un botoncito y no daba buen resultado".
Así, me preguntó qué castigos usamos en Madrid, "a ver cómo andais por allí"... Bastante más concienciados, por lo que parece.
¿Qué os parece? Ya sabía que las barbaridades existen, pero no había tenido la ocasión de escuchar a alguien que pudiera defenderlas. Aún espero que solamente me estuviera tomando el pelo, de verdad.
Esa conversación me hizo reflexionar, y llegué a dos conclusiones:
1.- que me alegro de que mis primeras clases fueran muy diferentes de las que tuvo ese "señor".
2.- que igualmente me alegro de haber encontrado un foro como es este, donde todos buscan el bienestar del caballo.
Si por casualidad esta persona entrara en este foro y leyera este mensaje, me gustaría que se detuviera a leer algunos más, y abriera un poco su mente; que tratar mejor a los animales no significa ser menos hombre, sino todo lo contrario.
Gracias por leer hasta aquí.
Besos.
Os voy a contar una experiencia personal. Espero no aburriros. El otro día tuve la ocasión de chatear con un sevillano que decía hacer Doma Vaquera. Me gustaría poder pasaros el registro de la conversación, para que comprobarais que no exagero, pero me parece una falta de respeto (que no merecería ese señor) así que mejor os lo cuento como eso, como una experiencia mía.
El caso es que empiezo a hablar con alguien que dice ser de Sevilla y practicar la equitación desde hace unos cuatro años. Me sorprende que una de las primeras cosas que me pregunta es "qué castigos utilizo", y pareció sorprenderse cuando le dije que ninguno, que a veces llevo fusta de doma pero prácticamente de adorno. Entonces empezó a contarme su forma de montar, confesándome que desde el principio se acostumbró a llevar espuelas y fusta, y que así iba más cómodo. Me dijo que "le picaba mucho al caballo", que "era una adicción", etc. Cuando le comenté que no entendía tanto castigo gratuito, me dijo que a veces iba con conocidos que tenían otros caballos, y que "era un palo" que a las 4 horas de estar montando, el caballo se rezagase.
No sé si fue entonces cuando le pregunté si hacía Doma Vaquera. Se justificó diciendo que allí en el sur "se monta muy duro".
Entre otras cosas, me contó que montando usa también tralla, o fusta de dar cuerda... ¿Pero montando se puede usar eso? Y que con ella en ocasiones le producía rozaduras a su caballo españolito; y que, también de vez en cuando, hacía le sangrar los costados por el uso de las espuelas. Recuerdo que le pregunté si no le daba vergüenza ver luego esas heridas, y simplemente me dijo que, cuando sangraba, sencillamente le "picaba más atrás".
Otras cosas que me comentó fueron las típicas de "todos los caballos sufren en mayor o menor medida", "él está para mi disfrute", o mi favorita; "yo estoy antes que el animal", a lo que me tuve que morder los dedos para no contestarle; "¿pero quién es el animal?".
Intenté explicarle, de la mejor manera que sabía, que seguramente le estaba provocando sufriemiento al caballo, y que ponía en peligro su salud haciendole trabajar todo el día sin estar entrenado para ello. No hubo manera; "a mí me gusta como monto, voy muy cómodo usando los castigos".
Incluso me comentó que en alguna ocasión había usado una "picana", y que su uso es muy común en el sur. Yo no sabía todavía que eso de la "picana" es un aparatito que sirve para dar descargas eléctricas a las vacas, para "arrearlas". Me dijo que eso no le gustaba, porque "no le gustaba lo de darle a un botoncito y no daba buen resultado".
Así, me preguntó qué castigos usamos en Madrid, "a ver cómo andais por allí"... Bastante más concienciados, por lo que parece.
¿Qué os parece? Ya sabía que las barbaridades existen, pero no había tenido la ocasión de escuchar a alguien que pudiera defenderlas. Aún espero que solamente me estuviera tomando el pelo, de verdad.
Esa conversación me hizo reflexionar, y llegué a dos conclusiones:
1.- que me alegro de que mis primeras clases fueran muy diferentes de las que tuvo ese "señor".
2.- que igualmente me alegro de haber encontrado un foro como es este, donde todos buscan el bienestar del caballo.
Si por casualidad esta persona entrara en este foro y leyera este mensaje, me gustaría que se detuviera a leer algunos más, y abriera un poco su mente; que tratar mejor a los animales no significa ser menos hombre, sino todo lo contrario.
Gracias por leer hasta aquí.
Besos.