Os voy a poner por partes (es muy largo) este artículo de Mercedes González sobre la impulsión. Me gusto mucho al leerlo, espero que a vosotros también. Si no os gusta decidmelo y no me doy la paliza a escribir.
Un saludo.
LA IMPULSIÓN.
La impulsión es él todo de la equitación. Es lo intangible y lo evidente. La impulsión es la coordinación de las fuerzas del caballo en crear el movimiento y de su voluntad y deseo para generar energía en equilibrio. Es llevar el caballo la actitud deseada, generada desde su propia energía sin la intervención del jinete. Es una manifestación de la potencia que no guarda relación con la velocidad.
L primero que se necesita es un caballo que tenga ganas de moverse y lo segundo que tenga capacidad y condiciones físicas para hacerlo. La complejidad surge cuando se quiere conseguir encauzar esa impulsión sin menguarla, sino al contrario, hacer el mayor uso de ella. La finalidad es llevar al caballo a desarrollar todo su potencial atlético con una obediencia completa, consiguiendo alcanzar la armonía absoluta entre jinete y caballo. Esto sólo puede lograrse cuando el caballo es entrenado para reunirse y empujar permitiéndole desarrollar sus habilidades con facilidad a petición de su jinete.
Una vez alcanzado ese grado, el caballo tendrá capacidad suficiente para mantener esfuerzos prolongados, ya que habrá aprendido mediante unos ejercicios y una gimnasia adecuada a utilizar sus fuerzas en procurar la creación del movimiento. Para alcanzar la impulsión es preciso saber servirse de la voluntad del caballo para ir hacia delante, del empleo de los posteriores y de la capacidad de reunión.
La impulsión no puede tomarse como un concepto individual, es parte de un todo y consecuencia de la actitud general del caballo. A pesar de ello, junto con la espalda a dentro es el mejor remedio para sanar cualquiera de los males de la equitación. El 99% de los problemas del entrenamiento de cualquier disciplina ecuestre se solucionan impulsando al caballo.
La elección de un buen caballo facilitará la labor del jinete en el proceso de entrenamiento. Algunos caballos son por naturaleza más atléticos que otros. Su morfología les favorece y les da un mejor potencial para desarrollar sus facultades. El temperamento también juega un papel importante. Es más fácil impulsar a un caballo con un carácter equilibrado que uno excitable o flemático.
Cualquier caballo obediente que tenga cadencia, relajación, soltura de pies, que acepte el contacto correctamente y que tenga equilibrio y rectitud es un caballo útil y un placer para su jinete, y podrá llegar hasta un nivel medio de doma. Esto es una base importante para llegar a los niveles superiores, principalmente de Doma Clásica, se necesita que el caballo sea capaz de almacenar energía mediante la reunión, para liberarla a requerimiento del jinete.
Un saludo.
LA IMPULSIÓN.
La impulsión es él todo de la equitación. Es lo intangible y lo evidente. La impulsión es la coordinación de las fuerzas del caballo en crear el movimiento y de su voluntad y deseo para generar energía en equilibrio. Es llevar el caballo la actitud deseada, generada desde su propia energía sin la intervención del jinete. Es una manifestación de la potencia que no guarda relación con la velocidad.
L primero que se necesita es un caballo que tenga ganas de moverse y lo segundo que tenga capacidad y condiciones físicas para hacerlo. La complejidad surge cuando se quiere conseguir encauzar esa impulsión sin menguarla, sino al contrario, hacer el mayor uso de ella. La finalidad es llevar al caballo a desarrollar todo su potencial atlético con una obediencia completa, consiguiendo alcanzar la armonía absoluta entre jinete y caballo. Esto sólo puede lograrse cuando el caballo es entrenado para reunirse y empujar permitiéndole desarrollar sus habilidades con facilidad a petición de su jinete.
Una vez alcanzado ese grado, el caballo tendrá capacidad suficiente para mantener esfuerzos prolongados, ya que habrá aprendido mediante unos ejercicios y una gimnasia adecuada a utilizar sus fuerzas en procurar la creación del movimiento. Para alcanzar la impulsión es preciso saber servirse de la voluntad del caballo para ir hacia delante, del empleo de los posteriores y de la capacidad de reunión.
La impulsión no puede tomarse como un concepto individual, es parte de un todo y consecuencia de la actitud general del caballo. A pesar de ello, junto con la espalda a dentro es el mejor remedio para sanar cualquiera de los males de la equitación. El 99% de los problemas del entrenamiento de cualquier disciplina ecuestre se solucionan impulsando al caballo.
La elección de un buen caballo facilitará la labor del jinete en el proceso de entrenamiento. Algunos caballos son por naturaleza más atléticos que otros. Su morfología les favorece y les da un mejor potencial para desarrollar sus facultades. El temperamento también juega un papel importante. Es más fácil impulsar a un caballo con un carácter equilibrado que uno excitable o flemático.
Cualquier caballo obediente que tenga cadencia, relajación, soltura de pies, que acepte el contacto correctamente y que tenga equilibrio y rectitud es un caballo útil y un placer para su jinete, y podrá llegar hasta un nivel medio de doma. Esto es una base importante para llegar a los niveles superiores, principalmente de Doma Clásica, se necesita que el caballo sea capaz de almacenar energía mediante la reunión, para liberarla a requerimiento del jinete.