Alejandro Magno y BUCÉFALO, la historia de dos rey

olimpic

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20 Abril 2004
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No pretendemos escribir una biografía de Alejandro Magno. Sería una pretensión atrevida. Pero sí queremos reflejar la relación de Alejandro con los caballos, especialmente con BUCÉFALO, el inseparable compañero de su apasionante historia; compañero de batallas y de afectos.

El nacimiento de Alejandro. Rey de Macedonia
Alejandro Magno nace en el año 353 a.C. en Pellas, la capital de Macedonia.
Es hijo del rey de Macedonia Filipo y de la tesalia Olimpia.
Cuando Alejandro tiene 19 años, su padre se casa con Cleopatra y tiene un hijo.
Alejandro se destierra con su madre.
A Filipo le asesina un miembro de su guardia y entonces Alejandro vuelve a Pellas y manda matar a Cleopatra y a su hijo. Desaparece así el temor de Alejandro a perder el trono.
A los 20 años es proclamado rey de Macedonia.

Pero ya antes, cuando Alejandro contaba 18 años, al mando del ejército macedonio, vence a los ejércitos de Tebas y Atenas de una forma brillante que ya demuestra sus dotes guerreras, que no le abandonarán hasta su muerte.
Es fácil comprender que este gran rey que conquista el mundo, lo hace a caballo.

Aristóteles y Jenofonte: la formación intelectual
Puede pensarse que la equitación en los tiempos de Alejandro era rudimentaria. No es cierto.
Alejandro era un hombre muy culto. Su padre había llevado a Aristóteles a Pellas cuando el príncipe sólo tenía 14 años.
Alejandro admira a Aristóteles y su gran sensibilidad hace que sea un alumno receptivo del gran sabio; el mayor sabio y el más importante general.
Alejandro es gran aficionado a la lectura, de hecho siempre tiene cerca de su cama La Iliada.
Alejandro pues, lee a Jenofonte.

Jenofonte nació en el 434 a.C., era griego y oficial del ejército. A él se deben los primeros tratados de equitación, sus libros ?Hippiké e Hipparchikos?.

Unos tratados de equitación hoy vigentes. Relatan una equitación llena de clasicismo: hablan de la flexibilidad de los caballos (increíble en esta época), de los aires y de su secuencia, insisten en el buen trato a los caballos, en el estímulo del premio, en el castigo innecesario y explican una forma de domar los caballos concordante con la que hoy se practica.
Como es lógico, la equitación del culto Alejandro está absolutamente influenciada por Jenofonte.
Sin embargo, en esta época se montaba sin montura, incluso sin mantilla.
No se usaban calzones.
Las piernas estiradas con las rodillas bajas, los pies con los dedos apuntando hacia abajo ¿No es el ejercicio que hoy se practica para coger buen asiento?
Se quería entonces tener el mayor contacto con el caballo a través de las piernas. ¿No estamos otra vez ante las monturas, que hoy se prefieren, que permiten el máximo contacto con el caballo?
El estribo largo, la pierna descendida, la rodilla baja... ¿No son tendencias de la doma actual?
También Jenofonte explica figuras similares a las ?levadas?; peso sobre los posteriores que sin duda favorecerían los movimientos en la batalla, al igual que las piruetas. Algo fundamental para Alejandro.

BUCÉFALO: el caballo del gran rey
El rey Filipo le regaló a Alejandro, cuando éste tenía 13 años, un caballo negro de también aproximadamente 13 años: BUCÉFALO.
Un caballo de una gran belleza pero inmontable. Alejandro, con paciencia y sabiduría, nunca por la fuerza sino todo lo contrario, domó a BUCÉFALO (cabeza de buey) que ya sería siempre su compañero y su fiel aliado en las batallas. Alejandró jamás perdió ningún combate.
No es posible saber con exactitud la raza de BUCÉFALO, pero todo hace pensar en un origen oriental. Un caballo de frente ancha con una estrella blanca, pérfil ligeramente cóncavo y de no excesiva alzada.
Alejandro no era alto; una gran armonía.
Un caballo, sin duda, de gran belleza. Alejandro estaba inmerso en las teorías de la belleza, inequívocas del pueblo griego y de su maestro Aristóteles.

Las conquistas de Alejandro a caballo
Para comprender bien la relación de Alejandro con BUCÉFALO no hay más que repasar su vida, absolutamente unida a su ánimo expansionista; un conquistador a caballo que no puede parar.
Después de vencer a tebanos y atenienses, Alejandro, con más de 30.000 soldados, llega a Tebas (450 Km en 14 días) y la conquista.
Ya dominada Grecia, parte para Asia con 32.000 infantes y 3.600 jinetes con la obsesión de derrotar al rey persa Darío. Darío tiene un ejército mucho más numeroso que el de Alejandro: más de 50.000 hombres y muchos mercenarios griegos. En el primer encuentro con los persas les vence estrepitosamente a orillas del río Granico.
Más tarde ocupa los territorios que hoy se corresponden con Siria, Líbano, Israel y Palestina.
En el año 332 a.C. destruyó la flota persa en Tiro.
Después conquista Egipto en el año 332 a.C. Al año siguiente funda Alejandría, la cuna del saber.
Parte después otra vez hacia Asia, quiere capturar a Darío. Éste, con un ejército muy superior, le espera en Babilonia. Los persas rodean a Alejandro, él les deja hacer para más tarde atacarles en el desguarnecido centro. Los vence. Una batalla memorable. Alejandro ha luchado como siempre en cabeza. El más valiente de sus hombres. Sus soldados le admiran. Darío consigue huir.
Alejandro toma Susa sin oposición.
Toma Persépolis y la destruye. Una venganza, pues en Persépolis estaba el palacio de Jerjes, aquél que había quemado los templos atenienses.
Persigue a Darío, pero el sátrapa persa Bessos lo captura y lo mata. Alejandro se enfurece. No cree que el rey Darío se merezca un final causado por tan insignificante personaje. Él quería haber sido el captor del rey persa. Captura a Bessos y se lo entrega a los persas. Ordena un gran funeral para su gran enemigo. Obliga a sus oficiales a vestirse a la usanza persa y a enjaezar a sus caballos según las tradiciones bárbaras.

Alejandro siempre pendiente de BUCÉFALO
Todas estas distancias las recorre Alejandro en caravana, si bien muchas veces va corriendo y andando para estar en forma.
BUCÉFALO sólo es montado en las batallas.
Alejandro es un gran cuidador de su caballo. Nunca se acuesta sin tener la seguridad del buen cuidado y del descanso idóneo de su caballo. Siempre está pendiente de la buena alimentación de su montura.
Estos cuidados explican que BUCÉFALO llegara a vivir ceerca de 30 años.
BUCÉFALO debía ser resistente, pero también muy rápido, pues Alejandro se caracterizaba por sus ataques violentos y rápidos.
Debía tener una gran doma, pues Alejandro entraba en batalla siempre cuerpo a cuerpo y confiaba en su caballo.
Debía desplazarse y volver muy bien, debía ser muy valiente.
Alejandro tomaba las costumbres que le gustaban de los pueblos que conquistaba. Les permitía sus leyes y sus costumbres. Aprendía lo bueno de sus enemigos. Gustó de las costumbres persas. Vistió la túnica persa, blanca y púrpura, como la que había visto usar a Darío, si bien es cierto que pronto volvió a la túnica griega que le daba más libertad de movimientos. Jamás, sin embargo, consintió en usar calzones. Enjaezó sus caballos con adornos y equipamientos persas. BUCÉFALO aceptó con orgullo las lentejuelas, las quijeras de plata y los medallones.
BUCÉFALO conocía bien a Alejandro. Relinchaba cuando le oía. A Alejandro le gustaba poner la cabeza de BUCÉFALO en su regazo. Le obsequiaba con manzanas.
Alejandro sabía que era un aliado imprescindible, que su vida dependía de él.
BUCÉFALO confiaba en Alejandro, tenía confianza en su jinete.
El rey macedonio se caracterizaba por su gran sensibilidad y por su generosidad: cualidades indispensables para comprender bien a los caballos.
En el 327 a.C., Alejandro parte hacia la India con 50.000 hombres. Se enfrenta al majestuoso rey Poro a orillas del río Indo. Poro cuenta con un ejército montado en elefantes. Alejandro no enfrenta a los caballos con los elefantes, sino que ordena a su infantería que los lesionen en las patas. Poro se rinde y se alía con el rey macedonio. Alejandro prueba a montar en elefante pero no le gusta. Alega que le gusta sentir al caballo en sus piernas, no le gusta sentir el trono de los elefantes.

Muere BUCÉFALO
Es en esta época cuando muere BUCÉFALO.
Ya tenía los achaques propios de su edad, pero ahora su respiración empieza a estar comprometida.
Un esclavo, tracio tatuado de azul, cuida permanentemente al caballo.
BUCÉFALO se tumba; el presagio de la muerte segura.
Llaman a Alejandro. Éste se arrodilla ante su caballo, inclina la cabeza y se tapa la cara, tal vez para que no caigan sus húmedas lágrimas sobre el cuerpo aún caliente de su amigo BUCÉFALO.
Alejandro llama inmediatamente a su amigo Hefaistión, le necesita en su gran dolor.
Funda una ciudad con el nombre de su caballo, Bucefalia.

Alejandro llora
En el año 324 a.C. muere Hefaistión. Alejandro enloquece de dolor. Hace un gran funeral para su especial amigo y, en señal de duelo, manda rapar las crines y las colas de todos los caballos. Lo mismo que hizo Aquiles cuando mataron a Patroclo. La Iliada siempre presente.
Alejandro llora en su vida por los esclavos de Persépolis, por haberse olvidado del cumpleaños del muchacho persa Bagoas, por Hefaistión, por Aquiles, por Patroclo, por su perro Peritas y por BUCÉFALO.

Alejandro enfermo de muerte no olvida a BUCÉFALO
Un año más tarde muere Alejandro, a los 32 años, tras varios días grave y con una fiebre muy elevada ¿Quizás una pleuresía complicada?
En sus delirios repite: "¿Está bien BUCÉFALO?"
Alejandro no llega a su siguiente destino: Arabia.
¿Habría enconrtado el rey del rayo entre los caballos árabes un sustituto de su oriental BUCÉFALO?

PD..Encontrado en la red, desconociendo su autor

Saludos

Antonio Sánchez
Murcia
 
Para completarlo más copiaré un trozo de "Bucéfalo, el caballo de Alejandro Magno" escrito por Julio Merino.

"Alejandro fue el hijo primogénito del rey de Macedonia, Filipo II, el creador de la famosa 'Falange macedónica', que revolucionó el arte de la guerra y el que logró unificar las ciudades-Estado de Grecia, salvo Esparta. Alejandro nació el año 356 a.C. y tuvo como profesor de estudios nada más ni nada menos que al gran Aristóteles. Eso sí, también es verdad que padre e hijo tuvieron siempre enfrente a Demóstenes, el mejor orador de todos los tiempos. A los 16 años, Alejandro guerreaba ya como un experto y hacía de 'regente' en ausencia de su padre. Dos años más tarde era el jefe de la caballería y un buen jefe, como demostró en la batalla de Queronea contra los tebanos y donde Filipo se ganó la supremacía sobre Grecia. A los veinte años subió al trono y fue rey hasta su muerte, acaecida trece años más tarde.

Según la leyenda fue en sus tiempos de 'jefe de caballería' cuando pidió a su padre que le proporcionase 'caballos de Tesalia' por ser los mejores del mundo para la guerra (lo cual era verdad, como veremos en otro capítulo). Y eso hizo el rey Filipo, siendo como era un buen militar y un ambicioso de poder.

Alejandro se topó entonces, un buen día, con un hermoso animal, de color negro azabache y una estrella blanca en la frente con forma de 'cabeza de buey', que despertaba el asombro de todos por su belleza, podería y su rebeldía... ¡no había quien lo montase!, hasta el punto de que Filipo ya había dicho que se lo quitaran de su vista. Pero llegado aquí vamos a dejar que sea Plutarco ('Vidas paralelas: Alejandro y César') el que nos cuente la historia:

<<Trajo un tesalino llamado Filónico el caballo Bucéfalo para venderlo a Filipo en trece talentos, y habiendo bajado a un descampado para probarlo pareció áspero y enteramente indómito, sin admitir jinete ni sufrir la voz de ninguno de los que acompañaban a Filipo, sino que a todos se les ponía de manos. Desagradóle a Filipo y dio orden de que se lo llevaran por ser fiera e indócil; pero Alejandro, que se hallaba presente, dijo:

- ¡Qué caballo nos perdemos! ¡Y todo por no tener conocimiento ni resolución para manejarlo!
A lo que replicó Filipo, algo molesto por la suficiencia de su hijo:
-¿Acaso tú lo manejarías mejor que estos, que tienen más años y más experiencia que tú?
- Por supuesto que sí; a éste ya se ve que lo manejaré mejor que nadie - respondió Alejandro
- ¿Y cuál ha de ser la pena de tu temeridad -preguntó Filipo- si no lo consigues?
- ¡Por Zeus -exclamó el joven- , pagaré el precio del caballo!
Echáronse a reír -sigue Plutarco- y, convencidos en la cantidad, marchó al punto adonde estaba el caballo, tomóle por las riendas y, volviéndole, le puso frente al sol, pensando, según parece, que el caballo, por ver su sombra, que caía y se movía junto a sí, era por lo que se inquietaba. Pasólo después la mano y le halagó por un momento y, viendo que tenía fuego y bríos, se quitó poco a poco el manto, arrojándolo al suelo, y de un salto montó en él sin dificultad. Tiró un poco al principio del freno, y sin castigarle ni aún tocarle le hizo estarse quieto. Cuando ya vio que no ofrecía riesgo, aunque hervía por correr, le dio rienda y le agitó usando de voz fuerte y aplicándole los talones.

Filipo y los que con él estaban tuvieron al principio mucho cuidado y se quedaron en silencio; pero cuando le dio la vuelta con facilidad y soltura, mostrándose contento y alegre, todos los demás prorrumpieron en voces de aclamación. Mas del padre se refiere que lloró de gozo, y que besándole en la cabeza luego que se apeó le dijo:

-¡Hijo mío, busca un reino igual a ti, porque en la Macedonia no cabes!>>

Y así fue, como ya es sabido, que Alejandro salió de Grecia para hacer el Imperio más grande de la antigüedad... y siempre a lomos de Bucéfalo, el caballo más rápido y resistente que ha existido. Y tanto, tanto afecto cogió Alejandro al noble animal que cuando éste murió, en la batalla del río Hidaspes, un afluente del Indo, no dudó en fundar allí mismo una ciudad a la que puso el nombre de 'Bucefalia', en su homenaje y recuerdo. Lo cual no debe sorprender si se piensa, ante un mapa del mundo, lo que entre ambos hicieron: un Imperio de más de veinte millones de kilómetros cuadrados"
 
Muchas gracias, chicos, muy interesante.

Ya había oído de la sensibilidad y forma de tratar los caballos que tenía Jenofonte. Lo que no sabía era que Alejandro fue discípulo suyo.

Mmmmmm, parece que Bucéfalo empezó a ganar batallas siendo ya un abuelete, y eso que en aquella época las cosas no serían tan pijoteras como ahora [:D]

Si es lo que yo digo, que a veces parece que vamos para atras como los cangrejos [}:)]

Besos. Mayca.
 
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